La muerte de otro menor de edad en Puebla nos recuerda que la #LeyBala está más viva que nunca.

Los hechos colocan a nuestra policía como la ejecutora material y al Señor de los Cerros como el autor intelectual de la funesta ley.

A pesar de las "bondades" que se plantearon con la aprobación de la Ley para Proteger los Derechos Humanos y que Regula el Uso Legítimo de la Fuerza por Parte de los Elementos de las Instituciones Policiales del Estado, la realidad es que el gobernador obligó a sus diputados a otorgarle una licencia abierta para matar, la cual hoy ampara y protege a su Policía del Terror.

Hay que recordar que el 19 de mayo de 2014 se aprobó la llamada #LeyBala, que tenía como objetivo reforzar las acciones represivas de la policía y pasar por encima de quien se opusiera a las imposiciones gubernamentales, dándole a los uniformados un permiso legal para asesinar.

El documento que aprobaron los diputados fue originalmente ocultado, ese día algunos legisladores se percataron de que la citada ley era totalmente represiva, ahí se avaló el uso de balas de goma, pero lo disfrazaron con el término “armas no letales”.

Fue precisamente uno de esos proyectiles disparados por un “arma no letal”, el que mató a José Luis Tlehuatle.

En el caso de Chalchihuapan, la policía al mando de Facundo Rosas prácticamente se terminó todo un arsenal de balas de goma y latas de gas lacrimógeno para intentar repeler una sola manifestación.

Sobra decir que, cuando una policía realmente está capacitada para disolver manifestaciones o motines, nunca dispara más de cinco gases para dispersar a los inconformes, y mucho menos les dispara a quemarropa como si se tratara de una cacería con escopetas.

En aquella ocasión, la policía morenovallista tuvo autorización expresa para disparar directamente contra los manifestantes.

Tras los lamentables hechos de Chalchihuapan, algunos diputados anunciaron una revisión a la ley, al grado de que se dio como un hecho su derogación, y se hizo la farsa de enviar por parte del Ejecutivo la iniciativa de abrogación, documento que se encuentra en la congeladora.

Para nuestra mala fortuna, esta fue una burla más de los levantadedos locales, porque hasta hoy la #LeyBala se sigue aplicando.

Para no ir lejos, el 22 de julio en el Centro Histórico de la capital, en un fallido decomiso de mercancía ilegal, policías dispararon directamente contra los comerciantes, con un saldo de media docena de heridos de bala, todos del lado de los ambulantes, a pesar de que se quiso justificar que los elementos dispararan para repeler una agresión con armas de fuego, pero nunca se mostraron casquillos que no fueran los de la policía.

Y ahora, los hechos de la madrugada del viernes 28 de octubre muestran una vez más que en Puebla tenemos una Policía del Terror.

Si bien es cierto que Acajete pertenece a una zona de huachicoleros, en los hechos, los elementos de la Estatal aseguran que fueron agredidos con piedras y que al verse en peligro dispararon sus armas de fuego amparados por el contenido de la #LeyBala.

¿El resultado? Otro menor de edad muerto.

Esta será la herencia que deja Moreno Valle: cuerpos policiacos represivos con la autorización expresa de disparar.

Es un hecho que la hipócrita propuesta del Señor de Los Cerros de abrogar la #LeyBala nunca se votó y sigue más viva que nunca.

No hay que darle vueltas, Rafael tiene licencia abierta para matar.

Sálvese quien pueda.