Ahora que el presidente municipal de San Pedro Cholula hizo pública la amenaza que el gobernador Moreno Valle lanzó en su contra, nos confirma que sus ambiciones no tienen límites, y que si es necesario encarcelar a sus enemigos políticos, lo hará sin pensarlo un solo instante.
Hay que decir que José Juan Espinosa no es ni el primero, ni el único que ha sido amenazado por el Señor de Los Cerros; lo mismo ha buscado intimidar a líderes sociales, periodistas, empresarios y políticos rivales, al grado de que algunas de esas advertencias fueron cumplidas.
El número de presos políticos en Puebla es un tema que no resiste cuestionamientos. Es una práctica común el encarcelamiento de los enemigos del gobierno estatal.
Si José Juan Espinosa no forma parte de los que han estado en la sombra, es gracias a que en otros tiempos estuvo en la complicidad política con Moreno Valle.
Hoy que el alcalde cholulteca abandonó la alianza morenovallista y se sumó a la causa lopezobradorista, se transformó en un blanco natural para los ataques del habitante de la Casona de Los Fuertes.
Y créanme que la denuncia pública de JJ no podía ser en mejor momento, porque las amenazas de Moreno Valle no son ningún juego.
Justamente para cumplir sus caprichos tiene a su servicio al fiscal Carrancá y a todo el Poder Judicial, con los cuales hace y deshace a su antojo, para desarticular a sus rivales políticos, a los que él llama enemigos.
Un socio detrás del segundo piso
En menos de un mes, el Viaducto Elevado se ha convertido en el claro ejemplo de lo que ha pasado en Puebla en casi seis años, es decir, favorecer la impunidad y los caprichos de Rafael Moreno Valle.
Sin importarles la ley y para hacer que los automovilistas utilicen una de las vialidades más caras del país, lo que hicieron fue dañar la señalética cubriendo con plástico negro el letrero que indica autopista México–Puebla, que debe seguir con el mismo uso.
Para mala suerte de quienes hicieron esta tropelía, Intolerancia Diario buscó los ordenamientos legales en torno a quienes dañen o alteren la señalética, y existe un Manual de Señalización Vial y Dispositivos de Seguridad, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a nivel federal que evidentemente violaron.
Se sancionará con multa de 100 a 500 salarios mínimos al que de cualquier modo destruya, inutilice, apague, quite o cambie una señal establecida para la seguridad de las vías generales de comunicación terrestre o medios de autotransporte que en ella operen. Art. 74 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal”. Capítulo l. Generalidades del señalamiento / Versión 1 3 Manual de señalización vial y dispositivos de seguridad.
Hasta el momento, ningún funcionario ha sido sancionado por la violación a la ley.
Pero eso no es todo, ahora a menos de 80 días de que se vaya, el gobernador sigue con el capricho de construir la ciclovía abajo del viaducto y reduciendo casi dos carriles la autopista sin que hayan detenido los trabajos, eso es impunidad.
Pero voy más lejos.
Si el gobierno estatal se ha atrevido a cambiar las señales y a disminuir los carriles del primer piso para obligar a circular por el segundo piso, no encuentro otra razón que la existencia de un socio detrás de estas irregularidades.
¿Será que cada vez que un coche sube a ese paso elevado paga parte de la campaña del suspirante presidencial?
Piensa mal y acertarás.
Un camaleón con amnesia
En medio de la guerra de cifras en torno al presupuesto para Puebla, Eukid Castañón aprovechó la rueda de prensa para tratar de justificar su salida de la vicecoordinación, asegurando que fue porque le ha apostado al proyecto del gobernador, a pesar de que se sabe que salió luego de votar en contra de su bancada.
Pero también se lanzó contra Juan Pablo Piña Kurczyn, quien sí votó con la línea de su bancada, pero el comentario de Castañón fue: “Es que él no es panista, panista, viene del PRI".
Lo que se le olvidó a Eukid es que antes de ser azul, su patrón viene del PRI, y él viene también del PRI, habiendo pasado por Convergencia.
Es lo que pasa cuando se escupe para arriba y se habla por hablar.