Volver a lo de antes…eso es lo que muchos quisieran, sobre todo en cuanto a lo que se está viendo en la Plaza México y lo que vimos ocurrió en Acrópolis Puebla y en relación a lo que está dándose en la capital; la empresa de La México apuesta por nuevas modalidades; un calendario más asevillanado, más macareno dirían mis críticos.

La variante de ofrecer toros los sábados con horario que arranca a las 5 de la tarde; “renovarse o…”, dice el viejo dicho. Y es lo que propone la nueva empresa, dejemos al arquitecto Javier Sordo poner a prueba esto de que capitalinos y visitantes de la CDMX tengan la oportunidad de ir al toro en sábado por la tarde y de ahí; noche de antro, de bares, restaurantes, buena cena, salir de marcha, como dicen por allá y al otro día, de regreso al toro.

Parece ser una buena opción sobre todo para los que vamos de fuera a CDMX, un fin de semana que debe planearse bien en torno a dos corridas de toros: sábado y domingo. Vale la pena intentarlo y después…ya se hará costumbre.

En cuanto a cómo se dieron las cosas en la primera de Acrópolis; lo que argumenta el vecindario me parece falso: “precios muy caros”, dicen por ahí.

Lo cierto es que es un Centro de Espectáculos, la Cumbre del Espectáculo en México y la casi totalidad de sus palcos están vendidos (restan 2), sus propietarios ya pueden disfrutar de la comodidad de ver desde ahí su atracción favorita, incluidos toreros y toros de cartel y tener la oportunidad de atender correctamente y como es debido a sus invitados. 

Esto es mil veces preferido a lo de antes de ver el callejón lleno de gente prepotente, mamilona y presumida con sus vasos rojos y estorbando a los matantes que muchas veces voltearon a verlos con miradas y expresiones que decían: ¿Qué es esto?

Así, ahora está mejor, todos cómodamente sentados y disfrutando de las atenciones de sus anfitriones, los propietarios de los palcos y quienes ya no tienen acceso a eso, los acostumbrados a la gorra, los que se quedaron afuera o ahora tendrán que pagar boleto…esos…esos ahora andan de chillones y plañideros diciendo que está muy caro y demás etcéteras.

De lo ocurrido en la de Insurgentes, en el  Certamen “Soñadores de gloria”, México se alzó como triunfador en el sentido de que fueron mexicanos los que se alzaron contra los de extranjería: España, Francia y Colombia incluidos; y en el beneficio que representa este triunfo para chavales nuestros con lo que, la que sale ganando es nuestra fiesta.

Siendo el de San Luis Potosí, Ricardo de Santiago, el que resultó más soñador en los festejos sin caballos. Y en el total del serial es el de Aguas, José María Pastor, quien es el gran triunfador, sobre todo por los elogios que de él hace la prensa de etiquetarlo como un “Clásico moderno y joven”.

El triunfo del clasicismo sobre el brincoteo, los rodillazos y la pirotecnia de capote.

Mientras, en Tlaxcala, cuya fiesta anda hecha un desastre, convertida en un desorden muy bien ordenado; en la Ranchero Aguilar”  se imponen los torianderos brincolines, los pares de banderillas de saltimbanquis y los saltos acróbatas al colocar garapullos. En el colmo de esto, la chusma de los Infonavitnautas despreció el torero vertical, serio, con clase y dominio del sevillano Rafael Serna, obligándole a devolver una oreja justamente ganada y prefirieron aplaudir a los de la tierra. Así están las cosas en la tierra de Xicoténcatl.

Ricardo de Santiago triunfador del Certamen Soñadores de Gloria de la Plaza México en su versión “Sin caballos”. En foto una chicuelina estatuaria de manos muy bajas.

El de Aguas José María Pastor, resultó triunfador absoluto, dejando con su clasicismo muy atrás a los demás aspirantes.

El lance muy mexicano “por saltilleras” interpretación clásica del joven Pastor.

El toreo vertical, solemne de Rafa Serna fue despreciado en Tlaxcala y desplazado por el bullanguero y saltimbanqui de los de la tierra. En la foto, el sevillano con uno de divisa “Tabaco y oro” de D’ Haro.