Debo reconocer que el video mediante el cual el Señor de Los Cerros se queja de la actitud inquisidora del Instituto Nacional Electoral me consternó.

Pobre hombre. Dedicando sus atributos personales a la construcción de un México democrático y a la transformación de Puebla; y los infelices consejeros del INE que se oponen a tan loable labor.

Al ver el mensaje, saltan a la vista las cualidades de este iluminado, que con toda "modestia" trata de seguir el llamado de su pueblo, que le implora seguir su vocación presidencial, sin que la inquisidora institución electoral se lo permita.

Es un verdadero pastor que solo sigue el llamado celestial para el cual fue electo y el maldito sistema no se lo permite.

Implora que le autoricen dirigirse a su pueblo bajo los preceptos de los derechos universales.

Y exige que su libertad de expresión sea respetada, porque él es un hombre de leyes y la ley está para respetarse.

Vaya monstruos insensibles los que le prohibieron a este prohombre, cuya única culpa es querer ser presidente de la República para poner al servicio de los mexicanos sus innumerables dotes divinas.

Este mesías para fortuna nuestra no nació en Belén, ni es judío, sino en Puebla y es mexicano.

Vaya bendición la nuestra.

El problema ahora es que el INE está empeñado en detener al que asegura ser el salvador de la nación destrozando sus aspiraciones mesiánicas.

Lamentablemente, un breve recuento de la vida de este bondadoso personaje confirma que se trata de uno más de los muchos charlatanes que con su presencia, juran ser la encarnación del nuevo redentor.

De tal forma que detrás de ese martirizado discurso se esconde un tirano, autor de las mismas atrocidades de las que tanto se queja.

Habla y se dice víctima de represión y ha sido un recalcitrante opresor de todo aquel que se manifieste en su contra.

Exige libertad de expresión cuando ha perseguido a todos aquellos que han tratado de ejercerla, hasta impuso la Ley Mordaza desde el inicio de su administración.

Pide respeto a la vida democrática y ha encarcelado a sus enemigos políticos, ha convertido a su partido en un monopolio que opera bajo su mando.

Se lamenta porque le prohíben anunciarse en revistas y medios electrónicos, pero no explica la procedencia de los recursos con los cuales se pagan esas campañas que evidencian la posible comisión de delitos como lavado de dinero, desvío del erario y uso de capitales de procedencia ilícita.

En conclusión, la supuesta represión y censura del mesías no es otra cosa que una acción para desenmascarar a este charlatán político.

Así las cosas, la burda defensa morenovallista a través del video solo servirá para convertirlo en el mártir de Los Fuertes deambulando por el cerro de Los Lamentos.