No es fácil aceptar que las cosas son como deben ser, por lo general nos revelamos a este pensamiento pero, ¿te imaginas si las cosas sucedieran como a cada quien se nos pegara la gana? El planeta estaría tapizado de Trumps.

En lugar de mantener a los miles de políticos que reinan en las cámaras, serían millones. Tendríamos, fácilmente, 800 ó 900 partidos políticos, el cielo estaría tapizado de helicópteros. El planeta entero estaría sembrado de cannabis y de amapolas; en cada casa existirían cuatro o cinco bodegas de vino y tlapehue.

Aunque no lo creas lector querido, vamos pa’ allá que volamos. Y luego nos espantamos y nos quejamos de por qué estamos como estamos.

Duele, porque como dije en un comentario anterior, ¿qué hijos le estamos dejando al planeta?... Jóvenes sin espíritu de lucha, sin capacidad de frustración, sin el menor sentido de respeto a lo que los rodea.

Una nueva generación de gandallas que tiene como lema primero yo, después yo y siempre yo… No, pus sí. Si en lugar de aprender a ganar por sobre todas las cosas nos hubieran enseñado a aprender a escuchar y a respetar por sobre todas las cosas… otra cosa sería.

Es triste, semejante ceguera que hace que, hoy, hoy, hoy, seamos como somos y estemos como estamos.