Como es su costumbre, el gobernador Rafael Moreno Valle se prepara para violar nuevamente las leyes electorales vigentes en el país, pero con la novedad de que ahora lo hará desde suelo extranjero.

Paisanos que viven en Nueva York nos comentan con molestia que seguidores del panista están lanzando la convocatoria a reunirse con el mandatario poblano la próxima semana en la Gran Manzana.

Entre el lunes 19 y el martes 20 de diciembre se está anunciando la visita de Moreno Valle a esa ciudad, perteneciente a la zona triestatal, con Nueva Jersey y Connecticut, que concentra el mayor número de poblanos en la Unión Americana, alrededor de 1.2 millones.

La invitación formal tiene como justificación una supuesta despedida y agradecimiento que el Señor de Los Cerros quiere hacerles, al final del sexenio.

El pretexto oficial es que acompaña a los paisanos que, con el patrocinio del programa Raíces, se reúnen con familiares en Estados Unidos, a quienes han dejado de ver por décadas.

De hecho, se les ha dicho que Moreno Valle viajará en el mismo vuelo que ellos, asunto de verdad extraño, por lo elitista y exquisito que es.

A la vez que se dan a conocer los motivos y justificaciones “oficiales” del viaje, también reconocen los organizadores que el panista irá a pedir apoyo para su alicaída pretensión de ser el candidato presidencial de Partido Acción Nacional (PAN) “y hay que decirle que sí”, les advierten a los invitados.

Además de que nuestros connacionales pueden votar desde el extranjero, también son una fuerte influencia y líderes de opinión en sus familias y comunidades.

Aquí los problemas son dos y muy graves: primero, Moreno Valle hace campaña con recursos públicos y desde el extranjero. Dos asuntos penados en el marco jurídico-electoral.

Segundo, pervierte un programa tan noble como el de Raíces, que se paga con fondos del erario y que ha logrado reunir a varias familias. La ambición del gobernador lo mancha.

Por su actitud abiertamente descarada, suicida ante las sanciones que puede recibir por su reiterada y cada vez más evidente violación de las normas electorales, pareciera que a Rafael Moreno Valle ya no le interesa ser candidato, sino causar la mayor cantidad posible de problemas al Instituto Nacional Electoral (INE) y posicionarse en función de los litigios que pueda llevar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Se ha convertido en un candidato de barandilla, que busca la oportunidad para hacer la “chicanada” a las autoridades.

No se ve cómo, pero debería tener la madurez para evitar seguir retando al INE, ahora desde Nueva York.