Siguiendo con el amplio Tratado de Ineficiencia, cuyo autor es el gobernador Moreno Valle, hoy dedicaré unas líneas a los elefantes blancos del sexenio, que son los Arcos de Seguridad.

Para nadie es un secreto que hasta ahora, ningún poblano conoce una sola acción realizada con esta tecnología, que haya servido para detener, desactivar o disolver alguna célula del crimen organizado.

Resulta que estos vistosos armatostes no solo no han dado resultados, sino que además están cerrados durante gran parte del día y toda la noche. 

Es evidente que la supuesta tecnología, con la que se equiparon los 6 Arcos de Seguridad, no sirve absolutamente de nada y que el exorbitante gasto de 682 millones de pesos no tiene justificación alguna.

En este rubro, también Intolerancia Diario y este columnista hemos relatado desde hace dos años la inoperancia de los arcos morenovallistas.

Aquí mi primer entrega al respecto.

Contracara (Enero de 2015)

Los elefantes blancos de RMV

Los Arcos de Seguridad, supuestamente creados para detectar criminales, terminarán convertidos en monumentos de culto para la delincuencia organizada que hará del Señor de Los Cerros su nuevo hazmerreír.

De ahí que entre las faraónicas obras del morenovallismo, mención aparte merezcan los llamados Arcos de Seguridad, recientemente inaugurados por Moreno Valle.

Los gigantescos castillos de estos tres supuestos custodios de la ciudad serán la burla del crimen organizado, al que ya le dieron el mensaje exacto de por dónde no deben transitar.

Los más de 130 millones de cada Arco de Seguridad son un derroche más de los ya característicos de la administración estatal.

Pero vayamos por partes.

De acuerdo con la información técnica dada a conocer de manera oficial, estos arcos permitirán prevenir y abatir delitos como secuestro, robo en carreteras, delitos contra la salud, robo de vehículos, trata de personas, tráfico de armas y robo de hidrocarburos, entre otros.

Suponiendo que la avanzada tecnología utilizada para detectar a delincuentes sea eficiente, ya que estos Arcos de Seguridad contarán con sistemas lectores RFID (REPUVE) de videovigilancia urbana, identificación de matrículas, interconexión a la red estatal, telemetría vehicular y generación de imágenes de rayos X, es obvio que quienes trafiquen con drogas, carguen un arsenal, lleven un secuestrado o un encajuelado o se trasladen en un vehículo robado, no van a pasar por ninguno de estos tres, sobre todo si en las autopistas seleccionadas como la México-Puebla, la Puebla-Veracruz y la Santa Ana-Puebla existe una vía federal o una carretera libre alterna.

Parte importante del éxito de un retén policiaco o militar es que estos se coloquen de manera sorpresiva y aleatoria para evitar que los delincuentes lo evadan.

¿O acaso se imaginan ustedes a un delincuente pasar frente a uno de estos arcos, cuando tiene como opción a unos cuantos metros la carretera federal?

Además, Puebla capital tiene cuando menos ocho vías de acceso, entre ellas dos por el Distrito Federal, dos por Morelos, dos por Veracruz y dos más por Tlaxcala.

Partiendo de lo anterior, es evidente que los Arcos de Seguridad para lo único que van a servir es para gastar los millonarios recursos que en materia de seguridad el Congreso federal le ha otorgado a los estados, incluidas las jugosas comisiones que estas representan.

Y de paso, fiel al estilo del inquilino de Casa Puebla, hacerlas lo más vistosas posibles para presumirle a todo México que el gobernador poblano es el gran custodio que todos esperamos.

Lamentablemente Puebla puntea en el renglón de asaltos con violencia y robo en casa habitación, y en donde los Arcos de Seguridad serán la burla total del crimen organizado.

Así las cosas, aunque no faltará algún despistado delincuente de medio pelo que caiga detenido, los miembros del crimen organizado se pasarán por el arco del triunfo a los ‘imponentes’ arcos morenovallistas.

Pero eso sí, debo reconocer que estos elefantes blancos les quedaron impresionantes."

En diciembre pasado y tras una serie de testimoniales recibidos en la redacción de Intolerancia Diario, confirmamos que los arcos terminaron convertidos en unos elefantes blancos, pero debo reconocer que en esa primera columna me quedé corto, porque nunca imaginé que además de inservibles, estos solo funcionarían hasta las 6 de la tarde, por lo cual los delincuentes tienen paso libre a partir de esa hora y hasta las 8 de la mañana.

Por increíble que parezca, a partir de las 6 de la tarde los agentes de los arcos apagan las luces, le echan llave y se van, porque Puebla se pone muy peligrosa de noche.