Dejaré descansar por un día el Tratado de la Ineficiencia, cuyo autor es Rafael Moreno Valle, para abordar un tema de coyuntura: la industria del huachicol como el gran logro del sexenio.
Si alguien pensaba que la industria que marcaría al gobierno del Señor de Los Cerros era la planta armadora Audi, lamento decirles que se equivocaron rotundamente.
Los poblanos recordaremos a la actual administración estatal como la gran promotora de la industria del huachicol.
Se dice fácil, pero convertir de la nada a todo un estado en el primer extractor de combustibles ilegales de todo el país es una hazaña francamente importante.
Un reto para los gobernadores de hoy es la atracción de las grandes empresas a sus respectivos estados.
Tan solo ayer, la cancelación de la planta de Ford que se instalaría en tierras potosinas provocó la pérdida de mil 200 empleos potenciales y en un solo día el aumento del dólar que llegó a los 21.45 pesos, un máximo histórico.
De ahí que el mérito del morador de la Casona de Los Fuertes sea de proporciones insospechadas.
En solo un sexenio logró que la poderosa industria poblana del huachicol se convirtiera en la más próspera y exitosa del país.
Y para lograr tal proeza, el mandatario puso especial empeño implementando un complejo esquema gubernamental a través de su secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, quien fue el garante de todos estos emprendedores.
Aquí no se requirió del Crédito a la Palabra, solo de otorgarles garantías para poder realizar libremente este peligroso trabajo.
Perforar y succionar los ductos de Pemex, sin contar con la maquinaria ni la capacitación adecuada, los convierte en valientes y aguerridos empresarios, dignos de la protección estatal, la cual se convirtió en un asunto de estado para Casa Puebla.
Una vez realizada la ordeña, el segundo punto es el traslado del combustible, lo cual, además de peligroso, resulta muy complejo por la presencia de otras empresas competidoras.
Para evitar contratiempos, desde la oficina principal de la Secretaría de Seguridad Pública se les dotó de patrullas escolta para dar tranquilidad a los nuevos industriales.
Prueba de este apoyo gubernamental a favor de la industria de la extracción de combustibles se dio el martes 14 de julio de 2015 con la detención, por parte de elementos del Ejército Mexicano, del entonces director general de la Policía Estatal de Puebla, Marco Antonio Estrada López, y del ahora exencargado del Grupo de Operaciones Especiales de esa misma corporación, Tomás Méndez Lozano, quienes extorsionaban y brindaban protección a las camionetas que transportaban el combustible obtenido por los distinguidos miembros del huachicol.
Es decir, que el apoyo se dio al más alto nivel, ya que ambos personajes eran los hombres más cercanos y de mayor jerarquía dentro del organigrama de Facundo Rosas.
Hay que reconocer que este gobierno no se anda con medias tintas cuando se trata de apoyar a los empresarios poblanos, y para muestra, el haber encargado la custodia de la gasolina a los altos mandos de la seguridad poblana.
Y para cerrar con broche de oro, el tercer punto clave para asegurar que las utilidades resulten las esperadas es facilitar la comercialización del producto.
Para ello, los presidentes municipales fueron instruidos para hacerse de la vista gorda, abriendo los mercados municipales para la venta libre del codiciado producto.
El reportaje presentado en el noticiero estelar de Televisa el lunes por la noche, en el que una cámara escondida descubre la venta de gasolina Magna a 9 pesos el litro en el mercado de Huixcolotla y la aceptación tácita del alcalde de ese municipio de la comercialización de este combustible, deja en claro que la industria del huachicol cuenta con el respaldo total del gobierno.
Así que no debe existir ninguna duda, el padre de la próspera industria del huachicol en Puebla es nada más y nada menos que el nieto del General.
Que nadie le escatime sus méritos.
Nobleza obliga.