Los asaltos a usuarios del transporte público se han incrementado en los últimos días.

Sobre todo después de los escándalos del 5 de enero.

Ahora con pandillas de encapuchados que abordan unidades del transporte público, a cualquier hora del día, y los despojan de los pocos valores que llevan.

Muchas son las historias de los atracos al interior de microbuses.

En definitiva, no hay botón de pánico, no hay circuito cerrado, ni siquiera reguladores de velocidad.

No hay nada.

Desde el asalto donde mataron a un joven carpintero que se dirigía a su casa después de su trabajo, todo se ha ido en discursos, promesas.

Ni siquiera los operativos tan prometidos para evitar este tipo de asaltos han ocurrido.

La delincuencia de pandillas ha tomado el transporte público poblano como modus vivendi.

Existen zonas como el primer cuadro de la ciudad, los bulevares, cerca del mercado Hidalgo, La Fayuca y otros, que los delincuentes han establecido "zona de pago de piso", para evitar que los choferes y pasajeros sean asaltados.

Existen también conductores que están en contubernio con los maleantes y les dan todas las facilidades para cometer estos delitos.

La Fiscalía General del Estado (FGE) no ha podido cerrar una sola investigación de los asaltos que ocurren en el transporte público.

Lo único que sabe medio hacer es integrar carpetas de investigación que no llevan a nada positivo.

Los asaltos siguen y se están incrementando.

El fin de semana pasado una mujer que se gana la vida en el trabajo doméstico regresaba a su casa tras haber cobrado su semana de labores.

Tenía en una de las manos, enrollado, su sueldo, entre la cintura y su pantalón se había guardado un teléfono celular, que no tendría un costo superior a los 300 pesos.

Un grupo de delincuentes abordó el microbús donde esta mujer viajaba, junto con otros pasajeros.

Los desconocidos sometieron al chofer o este se dejó someter y luego uno a uno de los usuarios fue despojado de sus valores.

Entre las víctimas iba la empleada, a quien, pese a su edad, la registraron y le quitaron su celular y el cobro de una semana de trabajo.

Estas historias se repiten todos los días.

La seguridad para quienes abordan el transporte público es nula.

Nadie de los que usamos este transporte estamos a salvo.

¿Qué hace la Policía Municipal?

De repente, como un servidor, se preguntará qué está haciendo y ¿dónde está la Policía Municipal?

Le aseguro que un servidor lo ignora.

Antes, la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del Municipio presentaba por lo menos al día un boletín donde informaba de la detención de algún sospechoso.

Actualmente esta secretaría emite, por lo menos una vez por semana, un comunicado donde agrupa las detenciones que dice realizaron en una semana, pero que a nadie le consta.

Esta secretaría estaría trabajando con el Nuevo Sistema de Justicia Penal.

Pero también así lo hace la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), y por lo menos informa de una detención por día.

Y también se ajusta al Nuevo Sistema, solo que no son miedosos ni tontos.

Pero de la Policía Municipal nadie sabe nada.

Se les ve multando microbuseros y taxistas, se les ve fuera de negocios donde cobran por la protección.

Pero no se sabe nada de estos personajes.

Hay quienes dicen que la gran mayoría de la Policía Municipal carece de los conocimientos del nuevo sistema y por lo mismo mejor se hacen los desentendidos.

Hay quienes dicen que carecen de los implementos necesarios para trabajar.

Otros más acertados dicen que los policías municipales no detienen a nadie para no enfrentar a las mafias que hay en el Ministerio Púbico y la Agencia Estatal de Investigación.

Algo totalmente seguro es que no están vigilando a los poblanos.

Nos vemos cuando nos veamos.