Era de esperarse, si la mafia del huachicol pudo penetrar instancias federales, del estado y del municipio para poder robar hidrocarburos en los ductos de Pemex, también puede y lo está haciendo, penetrar las instancias políticas para ingresar a sus listas candidatos a las presidencias municipales, además de diputaciones locales y federales.

Y le comento lo anterior porque en Palmar de Bravo ya trascendió que uno de los jefes del huachicoleo está no solo pensando en ser candidato a la presidencia municipal, o incluso a las juntas auxiliares donde tienen más presencia.

Y esto no tiene nada que ver con la intención del actual presidente municipal de lanzar a su hermano de nuevo a la presidencia de Palmar e ir en busca de una diputación local.

No, quien tiene la intención de ser el nuevo candidato es el jefe de este tipo de mafias que tiene su centro de operaciones en los municipios de Palmar de Bravo, Tecamachalco, además de Quecholac, desde Palmarito Tochapan, a quien apodan “El Toñín”.

“El Toñín”, quien opera desde una de sus residencias en Lomas de Angelópolis, está tratando de limpiar sus huellas del robo de hidrocarburos, colocando al frente a personal de su confianza, mientras se dedica a dar impulso a uno de sus negocios, que está dedicado a la exportación, manipulación y venta de hortalizas, principalmente zanahorias, moviliza camionadas con doble fondo, ya que ahí llevan ocultos miles y miles de litros de hidrocarburos robados.

Este hombre, desde que comenzó a tener fuerza en la mafia de los huachicoleros, se ha dedicado a “untarle la mano” a presidentes municipales y a sus séquitos, además de un sinfín de jefes de policía, de todos los niveles, con el fin de que lo consideren fuera del negocio y lo dejen operar para ganarse la confianza de las poblaciones donde tiene poder.

Desde ese momento se ha convertido en una especie de “padrino”, donde maneja fuertes sumas de dinero para la “atención a los más débiles”, por lo que surte desde una despensa, hasta una lista escolar o una receta médica, y no una, miles, las que se necesiten.

“Antolín” tiene a su disposición a grupos que se encargan de seguir con el robo de hidrocarburos, para lo que ya se hecho dueño de todas las hectáreas que se pueda imaginar, sobre todo las que se encuentran por donde pasan los ductos de Pemex.

En otras palabras, estaría monopolizando el huachicoleo.

Tiene grupos de abogados que se encargan no solo de la adquisición de estas tierras, sino del acercamiento con finísimas personas, como podría ser hasta el mismo fiscal general del Estado.

También tiene grupos que se encargan de las “labores sociales”, quienes se esmeran en regar el rumor de que “Don Toñín”, ya está retirado de esos negocios y se dedica a las exportaciones.

Sin dejar de contar de los sicarios, halcones, contadores, grupos de choque, quienes se encargan de que ni el Ejército, la policía o las mafias rivales invadan su propiedad.

Toda una cosa nostra.

Nos vemos cuando nos veamos.