Fueron seis años en que los poblanos vivimos y padecimos a un gobernador dispuesto a todo con tal de consolidar su obsesión personal de convertirse en presidente de la República.

Enumerar los excesos de Rafael Moreno Valle resulta tarea casi imposible, sin embargo, son muchos los adjetivos que lo describen como el peor mandatario de la historia, aquí algunos:

Asesino

Represor

Autoritario

Prepotente

Simulador

Mentiroso

Endeudador

Ambicioso

Cínico

Saqueador

Controlador

Decorador

Me llama la atención que de entre todos estos calificativos, no venga a mi mente el de transformador.

Sin duda, Rafael no genera calificativos positivos por cargar un negro historial.

Afortunadamente, quienes padecimos de la persecución morenovallista y pudimos sobrevivir a esta podemos presumir que nos hizo lo que el viento a Juárez.

Rafael Moreno Valle aseguró que nos mataría de inanición y seis años después, en Intolerancia Diario estamos más fuertes que nunca.

Es la ley de la vida política, los medios serios seguimos y los políticos se van.

Ni más, ni menos.

La última cena

En su nostalgia por la pérdida del poder, Rafael convocó a sus "hombres de confianza" a una cena en el Museo Regional de Cholula, donde dio sus últimas palabras como gobernador de Puebla.

Habrá que ver quién o quiénes son los Judas de este sexenio.

Me recordó Lety Torres que la forma es fondo y que no es casualidad que haya escogido el que fuera el Hospital Psiquiátrico de Puebla para albergar su última cena.

Ojalá que para aprovechar el haberlos reunido en El Batán, les hubieran echado candado por fuera para dejar encerrados a los esquizofrénicos que gobernaron Puebla durante los últimos seis años.

Afortunadamente el negro sexenio morenovallista terminó y en el último segundo de la medianoche de ayer fuimos muchos los poblanos que celebramos semejante acontecimiento.

Nunca mejor dicha la frase: Lo mejor está por venir.