No tiene mucho que en este espacio le comenté que el crimen organizado, dedicado al huachicoleo, había iniciado otra actividad ilícita para fomentar su negocio de los hidrocarburos.

La intimidación.

Consecuencia de los operativos que han ocurrido en la zona de “El Triángulo Rojo”, donde se centra en Puebla el principal robo de hidrocarburos, los ladrones tuvieron que diseñar estrategias para vender lo robado.

Y empezaron las intimidaciones a propietarios de gasolineras y a todo tipo de negocios donde se manejara el combustible, como los transportes.

Le comenté que existía un caso de un matrimonio, propietarios de gasolineras, que habían sido víctimas de intimidación a todo lo que da.

Los desconocidos que se metieron a la casa del matrimonio golpearon hasta que se cansaron al propietario de la vivienda y a su esposa, esto frente a sus hijos, y les advirtieron que solo a ellos deberían comprarles el combustible.

Pero además de la intimidación, estos hombres se apoderaron de todo lo que encontraron de valor en la propiedad, además de dinero en efectivo, y luego se retiraron.

Se ignora si esta familia denunció de manera oficial lo ocurrido, lo que aquí le comento es de lo trascendido de todos los que están siendo obligados a comprar la gasolina y el diésel robado.

Resulta que una de las víctimas de ‎este tipo de agresiones fue don Agustín Osorio, el propietario de gasolineras de la zona, quien está casado con una regidora del municipio de Quecholac.

Resulta que uno de los cuatro cadáveres que fueron levantados de la casa de ‎San Isidro Monterrosas, en Palmar de Bravo, es también un regidor del Ayuntamiento de Quecholac, Jorge Hernández Jiménez.

¿Quién sigue?

Los misioneros de la muerte

Son sujetos que portan ropa oscura, cargan armas de asalto, con suficientes cartuchos para enfrentar a quien se les ponga enfrente.

Sin nada que perder.

Los sicarios se movilizan en por lo menos 40 camionetas.

Se han enfrentado a la Gendarmería Nacional, al Ejército, a Seguridad Física de Pemex, a las policías Municipal y del Estado.

Serían los mismos que allanaron un domicilio en Esperanza y mataron a 8 hombres.

Son los que la tarde del miércoles rodearon la población de San Isidro Monterrosas, los que aterrorizaron a la Policía Municipal de Palmar de Bravo, y luego se metieron a una propiedad donde asesinaron a todos sus ocupantes.

Todos los de la región de Tecamachalco, de Ciudad Serdán y municipios cercanos los han visto circular en carreteras y poblaciones.

No operan en forma directa en Puebla, provienen de varios puntos de Veracruz.

Son utilizados para asesinatos y levantones, para aterrorizar.

En Tecamachalco los rumores son muchos, unos tienen miedo de ser víctimas de un asalto, un secuestro o una extorsión, otros tienen miedo de quedar en medio de una balacera y terminar como víctimas circunstanciales de una guerra entre mafiosos o un enfrentamiento entre policías.

Hoy muchos que habitan en “El Triángulo Rojo” no van a poder dormir.

Nos vemos cuando nos veamos.