Eligio Cerón, “El Negro”, hijo de Isidro López Rosas, “La Coneja”, no es dueño de ningún local en la zona comercial de La Fayuca o “Jorge Murad”, por lo cual el cargo de tesorero que ostenta para poder dirigir toda una red de narcomenudeo no es legal y debería ser destituido de inmediato.

Al menos así lo consideran comerciantes de esta zona que enviaron una segunda carta a este espacio para deslindarse de cualquier investigación que en contra de este personaje esté preparando la delegación Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR), o la Fiscalía General del Estado (FGE).

En la entrega pasada le comenté de la denuncia anónima que pone al descubierto las operaciones de una red de narcomenudeo que va del mercado “Jorge Murad” al barrio de Analco y que se extiende por diversos puntos de la ciudad de Puebla.

En este nuevo correo, los comerciantes, con la solicitud del anonimato, denunciaron que los baños públicos de ese centro ‎es donde se distribuyen todo tipo de drogas y que Eligio Cerón, “El Negro”, se encuentra tras todos estos negocios ilícitos.

Este personaje estaría siendo investigado por al menos cuatro denuncias en su contra y se estaría ocultando en una dirigencia de este mercado, la cual legalmente no debería tener.

Dijeron que tras la primera denuncia aparecida en esta columna, los negocios donde se estaban vendiendo diversos tipos de droga cambiaron de giro, pero que una vez que pasen los días, todo volverá a la normalidad.

Y es que corporaciones como la Policía Ministerial del Estado estarían protegiendo a los vendedores de droga, no solo de esta organización, sino de otros grupos que operan en diversos puntos de Puebla.

A través de un funcionario de alto rango en la Policía Ministerial, a la que le pusieron el nombre de Agencia Estatal de Investigación (AEI), estarían protegiendo no solo la venta de drogas, sino de una serie de negocios ilícitos como la piratería, el contrabando, la venta de armas y de cartuchos y otros.

El salón Trópicos, zona de reunión

Manuel Román Álvarez Aguilar “El Pipucho”, excomandante de la desaparecida Policía Judicial del Estado, exagente del Ministerio Público, dado de baja y procesado por su presunta protección a una red de tratantes de personas, entre estos menores de edad, además de su hijo Carlos Aguilar Martínez, son quienes se encargan de cerrar convenios oscuros entre Eligio Cerón “El Negro” y funcionarios policiacos.

Carlos Aguilar Martínez es uno de los asiduos clientes del salón Trópicos, donde también acuden diversos personajes de la Policía Ministerial, con quienes sostiene reuniones, pasando de percibido a cualquier tipo de investigación.

El salón Trópicos, que se ubica en ‎calzada Zaragoza y Adolfo López Mateos 72240, donde son las reuniones del abogado y su hijo con agentes ministeriales para los presuntos acuerdos en la venta de drogas, es propiedad de los hermanos Antonio y Carlos Cordero, quienes presumen de tener una directa amistad con funcionarios de primer nivel del gobierno del estado.

En noviembre, los dos hermanos estuvieron de luto, uno de sus consanguíneos murió en un intento de asalto en el barrio de Xanenetla.

El blanco era un cargamento de Telcel.

Tres de los cómplices del occiso huyeron a bordo de dos vehículos.

La Policía Ministerial del Estado se hizo cargo de las investigaciones, pero estas fueron enviadas al archivo por una sola razón, los hermanos del difunto intervinieron a través de este alto personaje de la Policía Ministerial.

El mismo que protege la venta de drogas y otros delitos desde el mercado “Jorge Murad”.

Este personaje también protegería a esta banda de asaltantes, que aún siguen por Puebla haciendo de las suyas.

Todo, La Fayuca, el Trópicos los barrios de Analco y La Luz, se coordinan para crear una ruta donde muchos delitos, muchos de alto impacto, se perpetran bajo el amparo de la Policía Ministerial.

Bajo la ignorada atención de la Procuraduría General de la Republica.

Hasta cuándo.

Nos vemos cuando nos veamos.