Desde hace 5 años, en esta misma columna escribí sobre los riesgos de independencia electoral que corría Puebla en caso de aprobarse la ley para tener a un gobernador circunstancial.
Depender en una elección de las tendencias presidenciales era subirse a un barril de pólvora encendido.
Sobra decir que los legisladores se fueron de bruces y que decidieron legislar para concretar la minigubernatura, poniendo en manos de la inercia presidencial el futuro de Casa Puebla.
Embriagados por el poder, pensaron que la fuerza electoral les garantizaría el triunfo en 2018, sin considerar que Morena podría echar por la borda el proyecto monárquico morenovallista.
Hoy, en el pecado llevan la penitencia y están en riesgo de perder Casa Puebla por no haber hecho lo que otros estados de mandar la elección de gobernador hasta 2021 para no empatarse con la de presidente.
Si hubieran escuchado, hoy Tony Gali sería gobernador hasta 2021 y el factor Morena le pelaría los dientes al PAN.
Para su mala fortuna, el riesgo de perder las llaves de Casa Puebla es inminente.
Aquí una columna descrita en julio de 2011 y que describe lo que hoy comentamos.
Contracara
El minigobernador indefendible
Al momento de votar, ¿usted se ha detenido a pensar lo que espera de ese político?
Me imagino que más allá de la simpatía, usted da como un hecho que esa persona va a pelear por defender los intereses ciudadanos.
Independientemente de las transas y corruptelas —de las que ningún gobierno se logra salvar— todos pensamos que buscan darle un mejor nivel de vida a sus gobernados.
Es tan obvia, que parece una reflexión deliberadamente absurda.
Sin embargo, la ridícula defensa de la iniciativa de Reforma Electoral de algunos diputados y líderes de los partidos políticos me demuestra que están peleados con ese supuesto compromiso social.
Las razones de Riestra, de De la Rosa, Mondragón y anexas, son francamente ridículas.
La famosa propuesta del “minigobernador” que contempla la reforma morenovallista es indefendible.
Detrás de esta intentona legislativa solo existe una razón política que nada tiene que ver con los intereses ciudadanos.
¿Saben ustedes lo que costará la elección de 2016?
Hay que recordar que la propuesta implica que en 2016 únicamente se elija al gobernador, toda vez que los diputados locales y los presidentes municipales que serán votados en 2013 tendrán un periodo de 4 años y medio.
De esta forma, los poblanos nos vamos a gastar una millonada en 2016, similar a la de 2010, para elegir a un “minigobernador”.
Y a los dos años volveremos a tirar otra camionada de billetes para elegir a un nuevo gobernador.
¿Acaso la homologación de elecciones federales y locales no era para evitar los despilfarros electorales?
Evidentemente se quieren pasar por el “arco del triunfo” el espíritu del legislador y de la Corte, y todo por acomodar los tiempos al proyecto presidencialista de nuestro gobernador.
Creo que lo mejor que podrían hacer los obedientes diputados es cerrar la boca y no intentar justificar esta barbaridad legislativa porque simplemente es indefendible.
Ahora, hay que esperar la postura priista.
Paradójicamente, el PRI tiene en sus manos la decisión política más importante de los últimos años.
Veremos y diremos.