Pragmatismo y conveniencia, así se debe resumir la estrategia de Luis Miguel Barbosa Huerta, coordinador de los senadores perredistas, quien este lunes se sumó al apoyo al presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, para 2018.

Es más, lo defendió de la mafia en el poder que busca desacreditarlo.

Dice Barbosa que lo hace sin dejar el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero al realizarlo, en realidad da la espalda a los suyos en ese organismo que viene cada vez más a la baja y, como bien dijo el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, está "desahuciado".

La repentina adhesión del poblano a las aspiraciones de Andrés Manuel tienen un claro objetivo personal y de su grupo.

Por un lado, con su suma al tabasqueño, Barbosa Huerta busca no quedar fuera de la posibilidad de tener el cobijo del próximo gobierno federal, si gana López Obrador, como hoy perfilan las encuestas.

Y también, y más importante, si Barbosa obtiene el apoyo del dos veces excandidato a la presidencia y, en consecuencia de Morena, se apunta para ser el abanderado a la gubernatura de Puebla en 2018.

Además, pretende seguir como coordinador de los senadores del partido del sol azteca, a la vez que apoya a López Obrador. "Mamar y dar de topes", decían los abuelos sobre los becerros rebeldes.

Esto no es ilegal ni es contradictorio —ya antes fue el candidato y hasta el presidente nacional del perredismo—, pero sí le traerá muchos conflictos con algunos de sus correligionarios.

De entrada con el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, a quien de plano rechazó como su gallo para 2018, porque "cayó, fue atrapado por la telaraña de las corrientes del partido”.

"Él, que hubiera sido el político que sin ser perredista hubiera mantenido su firmeza sobre el estado de cosas que tiene el PRD, fue y pactó con Silvano Aureoles una ruta del mejor definido, yo ahí no entiendo, de verdad no entiendo", dijo.

Su pronunciamiento a favor de López Obrador no es cosa menor, pues el poblano es el jefe de la bancada del PRD, de la que muchos de los 22 senadores que comenzaron juntos en 2012 ya se han ido moviendo al bando lopezobradorista.

Hay que señalar también que es parte del efecto cucaracha que se está dando por todo el país, principalmente entre perredistas y priistas, de unirse al lopezobradorismo, precisamente ahora que está tan fuerte y que ven hundiéndose sus respectivos barcos. Ya aquí en Puebla tenemos como el ejemplo más singular al exmarinista Javier López Zavala, que hasta a estados vecinos sigue a AMLO para pedirle autógrafos.

En tanto, Barbosa sin que nadie —aparentemente—, se lo pidiera, salió ayer a dar una conferencia de prensa para anunciar su apoyo a López Obrador y además dar una defensa del tabasqueño que ni los líderes de Morena han podido ofrecer, ante las acusaciones de corrupción que le endilgó el gobernador veracruzano, Miguel Ángel Yunes Linares.

Barbosa señala que este "debate público entre Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel Yunes evidenció (que)... el sistema político mexicano y su establishment... han decidido cerrar filas para parar a Andrés Manuel López Obrador; su propósito es impedir, de cualquier forma, que gane la presidencia de la República en 2018".

Ya agrega: "El PRI y el PAN han resuelto soltar a sus gobernadores para combatir a López Obrador. Desafortunadamente para ellos, no tienen la altura y la autoridad moral y política para dañarlo".

Lo anterior, por si quedaba duda de la admiración de Barbosa o su supuesta admiración por AMLO.

Su estrategia es válida, pero no nos engañemos, para Barbosa, López Obrador y Morena son una tabla de salvación y una posibilidad de continuar su carrera política.

Al tiempo.