Para quienes en este momento piensan que el Centro de Mediana Seguridad de Tepexi de Rodríguez es un “modelo” a seguir por haber sido recientemente certificado, permítanme decirles, de acuerdo con una carta llegada a esta columna, que está completamente equivocado.

En el Cereso de mediana seguridad dejó de ser una preocupación la venta de drogas y el consumo al interior.

Ahora la preocupación es que la venta no solo ha aumentado, sino que también está de moda el consumo de una droga conocida como cristal, que pone demasiado violentos a los internos, la gran mayoría considerados de alto riesgo, porque existe el temor de que lleguen a agredir a los mismos custodios.

El director de dicho centro penitenciario no solo está al tanto de qué ocurre, sino además está inmiscuido en el tráfico de drogas con los hermanos Espinal, quienes pagan cuantiosas sumas para que les permitan no solo el tráfico de drogas y de alcohol, sino de otros negocios sucios.

Faustino Ramírez Centeno, director de este penal, así como el subdirector René Sánchez Hernández, son quienes permiten el ingreso de drogas, alcohol y otro tipo de alcaloides como el cristal, manteniendo un dicho para quienes les llegan a preguntar: “Aquí no pasa nada”.

Quienes enviaron la denuncia a esta columna se encuentran de verdad extrañados de que el Cereso de Tepexi haya tenido una certificación en seguridad y esperan que el gobierno de Puebla, a través de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), realicen una investigación a fondo.

Y es que además de las irregularidades de que se permita el tráfico de drogas y de alcohol, existe también el hecho de que el director del penal se pasó por el arco del triunfo el cumplimiento de los reglamentos internos para administrar cargos y ha nombrado comandantes a todos los que forman su equipo cerrado de negocios ilícitos, además de sus amigos, hasta a un "cocinero" lo subió de rango.

Lo malo de todo esto es que el aún director de Ceresos, Alejandro Cruz Maya, está enterado de todas estas irregularidades y parece no importarle nada.

Hay quienes dicen que está más preocupado en llenar el cochinito para aguantar los tiempos de vacas flacas, cuando le den las gracias por un trabajo que dejó mucho que desear.

La otra parte de esta extensa carta es de la Dirección de Medidas Cautelares, que se la dejo para la siguiente entrega.

Nos vemos cuando nos veamos.