El Instituto Electoral del Estado vuelve a situarse en el ojo del huracán, ya que por enésima ocasión le corrigieron la plana luego de que su Consejo General aprobó el 14 de diciembre una bolsa de prerrogativas para los partidos por 195 millones de pesos, cuando debió ser de 154 millones, es decir, estaba premiando con 41 millones de pesos extra a los organismos.

Fue el Tribunal Electoral del Estado el que no siguió el juego y ordenó una reasignación de los recursos, con lo cual quedó al descubierto que el Partido Acción Nacional había sido el gran beneficiado al recibir un financiamiento público de 61 millones 299 mil pesos, a pesar de que de acuerdo con la fórmula, solo le corresponden 37 millones 338 mil pesos, es decir, que se le entregaron recursos adicionales por 23 millones 961 mil pesos.

A Morena sí le habían incrementado su presupuesto, pero este también fue recortado en 13 millones 225 mil pesos, una vez que se le toma como partido de reciente creación a partir de 2015 y no ha participado en una elección para diputados locales, por lo cual solo recibirá 7 millones 764 mil pesos.

El "error" de los consejeros consistió en repartir los recursos utilizando la elección a gobernador, pese a que la ley indica que debe ser con base en la última elección a diputados, en este caso en concreto, se aplican los resultados de 2013.

Otro descalabro fue que aprobaron entregar a Movimiento Ciudadano 15 millones 976 mil pesos, cuando el partido no participó en el proceso, pese a que es un requisito para obtener financiamiento público.

Desde ayer jueves el periódico Reforma había advertido que el INE ya estaba investigando al organismo local por incumplir con la norma, y el Tribunal local prácticamente daría un empujón para que puedan ser removidos los integrantes del Consejo, por su funcionamiento parcial y tendencioso.

Hay que recordar la serie de pifias que tuvo el IEE el año pasado cuando sistemáticamente —por órdenes del gobernador— le negaron el registro a Ana Teresa Aranda Orozco, supuestamente porque no reunió las firmas, entre otros argumentos legaloides sin fundamento.

En la serie de irregularidades, el IEE se convirtió en el brazo ejecutor de Casa Puebla contra el PRD, con el argumento de que no se había registrado la plataforma electoral, por lo cual le suspendieron sus prerrogativas.

Lo que salvó a los consejeros fue el amplio margen con el que ganó la gubernatura Tony Gali, ya que en una elección cerrada, hubieran influido de manera directa en el resultado de la votación y habrían abandonado el espacio que ocupan por los evidentes intereses, centrados en respaldar la conveniencia morenovallista.

No es casual que todos sus yerros terminen siempre beneficiando al PAN y a los partidos comparsa del gobierno y afectando a los enemigos del régimen.

Sin embargo, concediéndoles el beneficio de la duda, y suponiendo que los consejeros actuaron de buena fe y que sus erráticas decisiones no tenían la intención de afectar a los partidos opositores al gobierno del estado, tenemos que lo único que mostraron fue una total incapacidad para desempeñar su cargo.

Son tantas las evidencias, que resulta inexplicable que los consejeros del IEE sigan siendo los árbitros electorales.

Hoy nadie cree en la imparcialidad del órgano y parece que el Institucional Nacional Electoral no hace absolutamente nada.

Aunque usted no lo crea.