“Aquí está el Partido Revolucionario Institucional para mantener la paz y la

estabilidad del país, para preservar

 la unidad entre los mexicanos,

aquí está el PRI en pie de lucha,

 aquí está el PRI celebrando un año más

 de intensa actividad política”.

 Luis Donaldo Colosio

Y no es una cuestión de si está arriba o está abajo de las actuales preferencias del electorado, tampoco es una cuestión de si me da o me quita las oportunidades políticas, es una cuestión de orgullo, de pertenencia, de coincidencia con sus principios y programas de acción y, fundamentalmente, una cuestión de lealtad.

Recién egresado como Ingeniero Agrónomo, de la Universidad Autónoma Chapingo, me afilié al Partido Revolucionario Institucional (PRI), a la Confederación Nacional Campesina (CNC) y a la Confederación Nacional Agronómica (CNA), allí encontré las mayores coincidencias con mi pensamiento y acciones en favor de la gente.

Aprendí muy bien lo que dijo Franklin Delano Rossevelt: “Algunas veces hay que guiar, otras hay que seguir y otras, aún sin saber a dónde ir, hay que permanecer entre la gente esperando la oportunidad para ayudarles a dar el siguiente paso”.

Así ha transcurrido mi vida profesional y política; la académica (casi 10 años); la del servicio público, en diversas responsabilidades, innovando y creando junto a la gente, a la que he tenido la fortuna de servir; y la legislativa en la Cámara de Diputados.

Y conocí las aportaciones del PRI a la estabilidad social y a la unidad de los mexicanos. También los aportes de gobiernos priistas a la construcción de México, infraestructura hidráulica, las grandes presas, canales y distritos de riego, las instituciones de salud, instituciones educativas y programas sociales para atender las necesidades más sentidas de la población.

Puedo constatar que sin el programa de internados para indígenas como el Centro de Educación Fundamental José Amarillas de Tlaxcala o la Universidad Autónoma Chapingo, creada por Decreto del presidente Luis Echeverría, no me hubiera sido posible estudiar al igual que a miles de niños y jóvenes de escasos recursos.

Sin el PRI no se podría entender la construcción de México.

Alejado de cualquier dogma, reconozco que en todos los partidos hay buenos, regulares, malos, muy malos y peores. Y es erróneo etiquetar a las personas en razón de partidos, creencias, raza, nacionalidad o color de piel. Creo que en todos los partidos se cuecen habas. Y todos son importantes para el desarrollo democrático.

Sin embargo, son los gobiernos priistas los que mejor se han entendido con los campesinos.

Los mejores programas de los gobiernos priistas

Los mejores programas y presupuestos se han establecido por gobiernos del PRI. Así ocurrió en la delegación Tláhuac, entonces Distrito Federal, en las administraciones de Manuel Camacho Solís (QEPD), Manuel Aguilera Gómez y Óscar Espinosa Villarreal, estando José Ramón Martel y Gloria Brasdefer como delegados, respectivamente.

Acciones como nivelación de tierras, sistemas de riego, tratamiento de aguas, diversificación productiva, cría de peces en el Canal Revolución, fueron algunas implementadas durante estos gobiernos. Siempre hablo y hablaré de lo que me consta.

En Puebla, gobiernos priistas son los que han destinado los mayores presupuestos al sector agropecuario, del que muy pocos gobernantes comprenden su importancia. Programas de conservación y aprovechamiento del agua en regiones como la Mixteca, establecimiento de praderas y pastizales, fomento de huertos y granjas familiares, que hoy forman parte de políticas nacionales, se empezaron a apoyar en Puebla desde 1991.

La diversificación productiva que incluye praderas para el ganado, fomento al cultivo del bambú, fomento acuícola, rescate de las especies acuícolas como bagre, acamaya y ajolote, utilización de jaulas flotantes para criar peces en presas, cultivo de pitahayas, lichi, pitaya de mayo, rehabilitación de frutales, plantación de árboles de navidad y cría de búfalos de agua son algunos ejemplos de acciones impulsadas en administraciones priistas.

Más de mil millones de pesos anuales para el campo que permitieron apoyar infraestructura de acopio y transformación agroindustrial, desarrollo de cadenas productivas, agricultura bajo cubierta, seguro agropecuario, agricultura por contrato, plantaciones de bambú, creación de bosques de cedro rojo y caoba, programas de capacitación y asistencia técnica, son también obra de gobiernos priistas.

Todo lo anterior es un recuento que se puede consultar en “Puebla, una estrategia de atención al campo” y “El campo en Puebla”, disponible para consulta pública en www.jimenezmerino.com.mx

A sus 88 años, aquí está el PRI, para seguir contribuyendo al desarrollo de Puebla y México.

Director del Centro de Innovación Agroalimentaria

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