Con la presión que ejercieron contra el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado de la República y su todavía coordinador, Miguel Barbosa Huerta, los líderes de Nueva Izquierda (NI), la corriente dominante en ese instituto, no consiguieron más que victimizarlo, abrir un boquete de proporciones incalculables por el momento y dar el banderazo de salida para la fuga masiva de cuadros hacia el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador.

Por donde se le mire, el poblano le ganó la jugada —al menos hasta ahora— a su exjefe y guía político, Jesús Ortega, y al otro dirigente cabeza de los también llamados Chuchos: Jesús Zambrano Grijalva.

La ola inaugurada por Barbosa puede llevar al debilitamiento final del PRD y a su suma de facto, primero, y luego formal, al proyecto del tabasqueño.

El político nacido en Zinacatepec, Puebla, fue marcándoles y moviéndoles la agenda a Los Chuchos, que según denunció, preparaban el camino hacia una alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) para 2018.

En ese escenario, se presume que el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, tendría muchas posibilidades de convertirse en el abanderado.

La tarde de este miércoles, en las instalaciones de la Cámara Alta, Barbosa Huerta volvió a dar conferencia de prensa sobre el tema, luego de que la tarde del martes el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, que encabeza Alejandra Barrales, lo suspendiera de sus derechos partidistas y, supuestamente, lo removiera de la coordinación.

Hasta ahora todos son supuestos, ya que falta la batalla jurídica ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la decisión, sobre el caso, que asuma la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado.

Hasta ahora, Barbosa siempre ha ido delante de sus adversarios internos y siempre ha marcado la agenda.

En su cuarta conferencia al hilo, el poblano estuvo acompañado prácticamente por todos los 22 integrantes que comenzaron en 2012 juntos en la bancada perredista; de algunos ausentes, el mismo Barbosa explicó el porqué y aseguró que cuenta con su apoyo.

Con él están quienes ya lo hicieron y quienes aún no manifiestan su apoyo a López Obrador, como hizo Barbosa, y por lo cual ahora es un perseguido.

Ni siquiera en sus peores crisis, y ha tenido bastantes, el PRD se había visto como hoy, sin grupo parlamentario en el Senado, por el rechazo de la mayoría de sus integrantes a las determinaciones del CEN.

El PRD que Los Chuchos dominaban está por caer.

Finalmente, Barbosa está cerca de conseguir lo que ni siquiera López Obrador logró en sus tiempos de militante y dirigente perredista.

Igual ocurre aquí en Puebla, en donde tres o cuatro personajes más identificados con el morenovallismo que con su partido, salen a despotricar contra sus compañeros por el apoyo a AMLO, pero no causan mayor efecto ni expectación mediática.

A este paso, parece inexorable que, como vienen sumándose muchos, el PRD, todo, termine, Los Chuchos incluidos, pidiendo asilo en Morena para 2018.

Barbosa es la cabeza del gran éxodo que se ve ya inevitable.