Muchos y agradables momentos, e importantes triunfos, marcan la recién concluida Feria de Olivenza, con 2 de sus festejos 2, transmitidos por TV sin cargo, para que no se quejen los quejantes triunfos clamorosos de Juli y Manzanares, indiscutibles, pero en este espacio queremos destacar otros dos acontecidos: el homenaje, reconocimiento de Ale Talavante, un torero con mucho sabor a México lindo y querido, tanto o más que los tacos de su restaurante en Badajoz, verdadero homenaje a un torero de esta tierra Antonio Campos, poblano de nacimiento y reconocido por el pase de su creación “El Imposible”, mismo que para admiración y asombro de todos Talavante ejecutó en el albero de Albacete, en la tercera de feria; pero para mayor espectacularidad: ¡de rodillas! Algo que titularon: “el penúltimo ingenio de Talavante”.

Otra sorpresa que la prensa especializada ha elogiado mucho es la aparición en las novilladas de Olivenza, la primera de ellas, de un torero que trae aquello que no se compra, no se consigue, ni se vende en ninguna parte: la clase, se llama Pablo Aguado y tiene eso, mucha clase y presencia, cautivó su toreo muy maduro, y curtido, con un concepto de gran sutileza y expresión, toreo de naturalidad y abandono el que lucio frente a sus enemigos de “El Parralejo”.

Otro hecho que deseamos resaltar, siempre en defensa de aquello que parece haberse perdido para siempre: la dignidad torera, pero que bien vale defender a capa y espada. Es una foto del tentadero de la ganadería del Matador Javier Bernaldo. “Bernaldo de Quiros” que ofreció al aficionado práctico Patricio Pons, como preparación para su participación en la Conversión Nacional de Aficionados Prácticos a celebrarse en San Juan de Río Querétaro, el siguiente fin de semana. Nótese, véase y apreciemos el buen vestir del torero, que aunque aficionado práctico viste mejor y con más dignidad que muchos profesionales. Los botos, el corte del vestido corto, la rica y hermosa botonadura lo dicen todo: la clase por delante…

¡Que tristeza!, cuando vemos a toreros que ya empiezan a ocupar lugares de preferencia en los carteles de actualidad pero se presentan a tientas de preparación con ropa de calle; una camisa manga larga arremangada al antebrazo, pantalón calzado y de calle, si no es que de tenis de los de hoy, con colores de alarido.

Tanta o más culpa tienen sus llevanderos de mal vestirlos y los ganaderos que los convidar a casa, a tentar así, sin la dignidad y clase que toda casa ganadera que se respete debe tener.

Verdadero ejemplo el que ponen los chavales toreros al vestir campero para las tientas. El porte, la clase, aquello que “ya se trae” se luce desde las primeras apariciones en público. ¡Olé por chavales toreros!

El pase de Antonio Campos “El Imposible” en versión de hinojos de Ale Talavante.

Pablo Aguado. Nueva revelación novilleril en Olivenza.

El buen vestir campero para las tientas: Patricio Pone. Aficionado práctico.

¡Olé por los chavales toreros de mucho porte!