En un claro error de cálculo, la dirigencia estatal de Acción Nacional hoy sufre los estragos de una durísima embestida por parte de los miembros de la auténtica ultraderecha de Puebla.
Salta a la vista que el titiritero de Jesús Giles, se equivocó al ordenar la expulsión de 73 panistas, que se presume traicionaron al blanquiazul, al haber operado electoralmente en favor de la candidatura independiente de Ana Teresa Aranda.
Y cuando digo error de cálculo, me refiero a que los hoy dueños del PAN estatal, no midieron las consecuencias de su visceral decisión.
De entrada, en la lista de los expulsados, aparecen personajes que comulgan con las aspiraciones de los otros dos aspirantes a la candidatura presidencial.
Sin tratar de ser adivino, es evidente que a nivel nacional, habrá un coletazo que golpeará al grupo morenovallista.
La primera muestra la tendremos en Veracruz, en donde los operadores del exgobernador poblano pagarán los platos rotos en estas tierras.
Pero también habrá más reacciones, en los demás estados en donde las traiciones del grupo de Puebla han estado a la orden del día.
Y es que ahora sí, el señorito Giles se hizo afuera de la bacinica.
Hubiera argumentado cualquier otra cosa, pero querer expulsar a más de 70 miembros de su partido, por actos de traición, es francamente ridículo, cuando la esencia de su jefe político ha sido precisamente, la traición.
Suponiendo —sin conceder— que efectivamente, los enjuiciados, hayan operado en favor de Ana Teresa Aranda, yo pregunto: ¿qué es peor?
¿Apoyar de manera personal la candidatura independiente de una figura de probado ADN blanquiazul, o apoyar a una perredista, en contra de la candidata del PAN con la estructura y los recursos de un estado?
Porque mientras aquí en Puebla, de manera personal, los panistas que van a ser expulsados apoyaron a la independiente, en Tlaxcala, el grupo morenovallista operó abierta y cínicamente en favor de la candidata del PRD, Lorena Cuéllar Cisneros, en contra de Adriana Dávila del PAN.
Y estamos hablando de dos elecciones exactamente en la misma fecha.
Casos de traición como el de Tlaxcala sobran y el panismo nacional lo sabe y los conocen.
Será cuestión de tiempo para que venga la respuesta en contra de los exabruptos del que fuera el amo y Señor de Los Cerros.
La aclaración de Marín Quintero
Recibí una llamada del empresario Gilberto Marín Quintero, para hacer una cálida y puntual precisión respecto a la nota publicada el viernes pasado en Intolerancia Diario titulada: Arropan empresarios y panistas tradicionales a Margarita Zavala.
En la nota se menciona que en esta reunión participaron al menos 200 personas. Que se realizó en la hacienda de San José Actipan, propiedad de Jorge Espina Reyes y que ésta fue promovida por empresarios y el expresidente municipal de la capital, Eduardo Rivera Pérez.
En particular, en la nota se cita la presencia de Gilberto Marín de esta forma:
"El sector empresarial, identificado con el panismo tradicional de Puebla, encabezado por Jorge Espina Reyes y Gilberto Marín Quintero, arropó a la aspirante panista a la candidatura a la presidencia de la República, Margarita Zavala Gómez del Campo, durante una cena privada en la que hubo seguridad de los propios convocantes para ‘que no se filtrará la gente morenovallista’”.
Al respecto, me precisa el empresario poblano que él no estuvo presente en esa reunión y que no formó parte de los organizadores; incluso me asegura no haber estado en México ese día, lo cual es suficiente para hacer esta puntualización.
En la conversación me dijo también que se considera amigo de Margarita Zavala, como también es amigo de Rafael Moreno Valle. Valga la aclaración.