Y el fiscal del Estado, Víctor Antonio Carrancá Bourget, sentó sus precedentes tras la vinculación a proceso de 42 de los 87 detenidos, resultado del operativo Encrucijada.

Las declaraciones vertidas ante medios informativos fueron elocuentes.

El fiscal dijo que los liberados eran “espías” y que a todos los iban a volver a detener.

Solo faltaba un detalle, vincularlos con los teléfonos que les fueron asegurados a la protección a los integrantes de los “Zetas”, involucrados con el robo de hidrocarburos.

En otras palabras, no tienen nada legal contra los liberados y esperan relacionarlos a la actividad de los halcones, quienes avisan a “la banda” de la llegada de policías a zonas donde hay presencia de huachicoleros o gente del crimen organizado.

Imagine el lector.

Halcones ‎son todos aquellos sospechosos que están en una esquina sin hacer nada, solo viendo cómo pasa la gente.

Este tipo de informantes son utilizados en las mafias para que les avisen de la llegada del enemigo o de la mafia.

La mayoría de los halcones se moviliza en taxis, vehículos particulares, motocicletas, bicicletas, quienes se colocan a la entrada de poblaciones, esquinas, para alertar de presencia extraña.

La Fiscalía General del Estado se manejó de una manera muy cómoda, el que no es huachicolero es halcón, así de sencillo.

Pero todos son enemigos.

Pero mostrar esta idea a la sociedad tiene una responsabilidad.

Le comento que cuando una célula del crimen organizado cae, todos los integrantes tiran sus teléfonos o radios.

En otras palabras, los apagan.

‎¿Cómo van a poder ubicar a sospechosos de espionaje con teléfonos que fueron desaparecidos?

Para salirse por la tangente, en el caso de los 87 detenidos se vale.

Los litigios están llenos de trampas.

Pero la verdad es muy difícil que puedan ubicar a espías, a través de teléfonos celulares.

Sobre todo porque no cuentan con una orden legal para escuchar estas llamadas.

Además, el delito de robo de hidrocarburos es federal.

Es necesario no perder la investigación del operativo Encrucijada.

Sobre todo porque ya no va a haber otro.

Aún no saben cómo justificarlo legalmente.

Sobre todo que no hay un juez que haya autorizado dichas intervenciones.

De todos modos, desde aquí estamos pendientes.

‎Nos vemos cuando nos veamos.