Entre las revelaciones que hizo Juan Carlos Mondragón en la entrevista con Intolerancia Diario se refiere a dos cómplices del exgobernador Rafael Moreno Valle que guardaron silencio ante sus tropelías.
Se trata ni más ni menos que de Javier Lozano Alarcón y Pablo Rodríguez Regordosa, quienes firmaron los acuerdos que Moreno Valle nunca cumplió.
Para suavizar el ambiente después del fallido intento de aplicar la famosa Ley Mondragón, se lograron pactar acuerdos entre los panistas. Uno de los testigos firmantes fue Javier Lozano Alarcón, representante del exgobernador, mismo que signó el documento donde se acordó no usar la Auditoría Superior como garrote político, como ahora se hace contra el exalcalde Eduardo Rivera.
Otro de los acuerdos que no se respetó jamás fue el de no perseguir a los panistas que crearon Compromiso por Puebla.
Y lo peor es que el senador panista con licencia, Javier Lozano, ha dejado que las presiones continúen y no hace ningún intento por frenar la persecución con los albiazules del ala tradicional.
El otro cómplice es Pablo Rodríguez, quien tiene la copia del acuerdo donde Rafael Moreno Valle, cuando era candidato, se comprometía a hacer un gobierno no corrupto, a buscar administrar con panistas, a no inmiscuirse en los asuntos del partido, a respetar la autonomía de los poderes y los diferentes órdenes.
Cuando se concretó la candidatura de Moreno Valle a Casa Puebla se trazó una agenda de gobierno que buscaba que fuera de largo alcance para la entidad.
Estos nunca se concretaron, nunca se llevaron a cabo, por el contrario, Moreno Valle jamás hizo el intento por gobernar con panistas, no respetó la autonomía de los poderes y los diferentes órdenes.
Y mucho menos se respetó el acuerdo de no inmiscuirse en los asuntos del PAN. Tan no se cumplió, que hoy el grupo morenovallista controla al partido y ante la cercanía de las elecciones clama unidad, cuando aplicaron una política de exclusión.
En esos compromisos firmados también se encontraba la construcción de un Consejo Ciudadano de Observación de las Políticas Públicas para que estas fueran de largo plazo y no solamente transitorias. Nunca se llegó a concretar. No hubo el intento por conformarlo.
Javier Lozano Alarcón y Pablo Rodríguez Regordosa fueron los guardianes de esos acuerdos y nunca se preocuparon por concretarlos, por sacarlos adelante, lo que los convierte en cómplices de una política de exterminio panista.