Para no quedarse fuera de las escenificaciones de la Semana Santa, este martes en Cabildo, el pleno El Yunque, casi casi con sus capuchas y un enorme crucifijo, “se flagelaron” y votaron en contra de la cuenta pública de Luis Banck.

Pero no votaron porque hayan encontrado malos manejos, ni porque de pronto no salieron las cuentas.

No, votaron en contra como venganza a la inhabilitación del expresidente municipal Eduardo Rivera Pérez.

Simplemente por política.

De este modo, los regidores yunquistas cayeron en lo que tanto criticaron a los diputados locales en el caso de Rivera Pérez, votar por consigna y no por hechos.

Y es simple.

El Ayuntamiento celebra en Sesión de Cabildo aprobaciones de la cuenta mes con mes, para llegar a la aprobación anual, sin mayores problemas.

Así fue como, mes con mes los regidores Juan Carlos Espina, Guadalupe Arrubarrena, Adán Domínguez Sánchez, Miryam Arabián Coutollenc y Marcos Castro Martínez, aprobaron las cuentas.

De nuevo la política es la base de las votaciones, con razón estamos como estamos.

Y es que si conviene se tapa la corrupción, si no conviene, no.

Así de simple.

Mal y de malas

Quien se vio mal la semana pasada, fue el líder del PRI en Puebla, Jorge Estefan Chidiac, al anunciar que el tricolor no votaría a favor de la inhabilitación de Eduardo Rivera.

Pero, a la mera hora, tras un llamado del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, sí lo hicieron.

Hay quien dice que hasta jalones de orejas hubo contra el presidente del PRI, quien ahora ya piensa dos veces hacer una declaración, hasta en Twitter.

Inclusive no ha emitido postura alguna directa sobre el caso de Alejandro Armenta coqueteando con Andrés Manuel López Obrador.

No vaya a ser la de malas.

Mientras tanto junto con Armenta, más priistas ya piensan lo mismo.

Serán semanas de definiciones al interior del tricolor.

Al fin, la puerta está abierta.