Durante buen tiempo atrás se estuvo anunciando en Tlaxcala todo un acontecimiento…No…no la magna inauguración de las escaleras eléctricas, contando con la presencia del ciudadano gobernador.

No, a lo que hago referencia es a las corridas mal llamada “Tradicional” y De Gloria en primer lugar no es una tradición, este festejo se le ocurrió a José Ángel López Lima, cuando la inquietud campeaba en sus ingenios, hace menos de una década.

Y, para que una tradición sea eso se requiere que perdure el hecho, el acto, deben transcurrir al menos de 3 a 4 generaciones. Y, por cierto, tampoco será “evento” si se realiza con regularidad, por lo tanto, a los que dicen: “gran evento anual”, pues están mal.

Perdón por la digresión, era del sábado que transcurre entre el viernes Santo y el domingo de Resurrección de lo que queremos hablar. Mal llamado de gloria, pues todo ese día, sábado, el cuerpo de Cristo permanece en el sepulcro, y es hasta el domingo cuando resucita en la gloria del Señor. La iglesia Católica ya ha hecho en sus calendarios y liturgia la debida corrección.

Luego entonces, el tal sábado de Gloria no existe y menos la tal corrida; la gente sabedora de sus costumbres no quiso asistir. La entrada fue mala... ¿Y la gloria? Se transformó en mentira, de la que cada quien sigue viviendo la suya y algunos de manera intensa. 

Ecos de las procesiones de Semana Santa

Las procesiones de Semana Santa, las aquí organizadas, también tuvieron su punto de engaño, de falsedad. Sí bien su origen lo encontramos en España, las de Puebla cuentan con siglos de tradición, que sí no se había perdido, si había disminuido la importancia que se les daba, en intensidad, en número de participantes, difusión, para convertirse ahora en acto del que se aprovechan, para qué como en Plaza los primeros espadas, las autoridades civiles, y de la iglesia; quienes a codazos se disputan los lugares de “descubierta” de la otra hora ceremoniosa y llena de piedad procesión. Al grado de que el arzobispo da en la Puerta Grande de Catedral el banderazo de salida de las imágenes que partiendo de catedral desvían ahora su recorrido, para pasar frente al Palacio Municipal, y recibir el saludo del presidente del municipio – ahora le dicen “Alcalde” – para continuar por una ruta que ya no es la original, pues de lo que se trata ahora es de que luzcan ciertos personajes. Poco después frente al Paseo Bravo, en el atrio de Guadalupe el Arzobispo, movilizado en un “carrito de golf”, para estar a tiempo y nuevamente “presidir” la procesión y pronunciar el discurso de “Cierre…!!??!!

¿Pues no que eran “Procesiones del silencio. Y/o de penitencia?

En sus orígenes, eran el anonimato y la penitencia las principales motivaciones - entre ellas de los toreros -. Hoy, parece ser el protagonismo, el “dejarse ver” lo que les mueve.

Aquí en Puebla; Toros en Acrópolis

De diversas ganaderías serán los toros a lidiar en el ruedo de “Acrópolis” este viernes 21 a las 20 horas. De “Marrón” del arquitecto José Marrón serán los astados para el caballero en plaza  Pablo Hermoso de Mendoza. Y de “Los Encinos” de don Eduardo Martínez Urquidí  y, hermosos berrendos de “Coyotepec” de don  José Ángel López Lima, los que habrán de matar el Maestro de Chiva, Valencia Enrique Ponce quien en calidad de padrino, cederá los trastos toricídas al poblano Héctor Gabriel, quien llega a una soñada ceremonia de alternativa con tan importante cartel.

“Acrópolis” La cumbre del espectáculo en México cumple así su compromiso en esta su primera Feria de mayo en Puebla.  

Quién más que la madre de Dios en su dolor y sufrimiento puede convocar a estas multitudes que le acompañan en una Procesión de Silencio.

Asomándose a la Procesión, título de esta muy expresiva fotografía Manu Gómez, bellísima.

Solemnidad. Llevando el paso los "costaleros" portadores de los divinos pasos.

El caballero en plaza Pablo Hermoso de Mendoza, una vez más en Puebla.