El lector y un servidor deberán también estar intrigados del silencio de la Fiscalía General del Estado (FGE) ante el caso del empresario Jorge Aduna Villavicencio, que revivió en los corredores del litigio penal tras haber ganado un amparo por parte del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito que le beneficiaba por completo.

Y le comento le beneficiaba la indicación, porque aunque el Juzgado Cuarto de lo Penal, que conoce del caso de Aduna, acusado por la FGE por el homicidio de 6 hombres, le solicitaban se dejara en libertad al interesado o se le dictara un nuevo auto de formal prisión en caso de que encontraran alguna prueba en su contra, esta ya no la había.

No existían más señalamientos porque todas las pruebas que presentó la FGE para acusarlo fueron desechadas por improcedentes, entonces la determinación se antojaba lógica, que quedara en libertad.

Pero no solo el Juez Cuarto se hizo desentendido del proceso 77/2017, acumulado a la causa 76/2017, sino que además la FGE no hizo un solo señalamiento y dejó que las críticas fueran en su contra y del Tribunal Superior de Justicia.

Además de todo esto y de manera dolosa, la FGE movilizó a los familiares de los 6 desaparecidos a que volvieran a lanzar otra acusación en contra de Aduna Villavicencio por no permitirles el expediente donde se investigan las desapariciones.

Como si Aduna tuviera esos expedientes en su poder.

Se le olvidó a los abogados de los familiares de los 6 desaparecidos, que si alguien tiene los expedientes que dicen, debe ser el mismo juzgado, o la FGE, incluso el Tribunal, pero no el empresario que aparece como sospechoso.

No tiene mucho que dos hombres denunciaron ante los medios informativos que fueron encarcelados durante 4 años por los delitos de violación tumultuaria y robo agravado, en agravio de un hombre y que al final resultó que eran inocentes.

Le recuerdo también que en el caso de los 6 desaparecidos de noviembre a diciembre de 2015, había otra línea de investigación, antes que la de Aduna, que apuntaba que la casa que había sido robada era la de un alto funcionario de la Fiscalía General del Estado (FGE), lo que incluso apareció en dos notas periodísticas del 8 y 12 de diciembre.

Esa línea de investigación fue desechada cuando la FGE le hecho la mano a Jorge Aduna.

Ahora un Tribunal Federal dice que no hay pruebas en su contra y todos callan.

Como han callado a tantas detenciones injustificadas.

Nos vemos cuando nos veamos.