Gran polémica causó la visita del presidente municipal, Luis Banck Serrato, a la asamblea para la renovación del Comité Directivo Municipal (CDM) del PAN en Puebla.

Se movieron los tapetes de muchos.

Y es que ahora se dice que el plan B por la gubernatura está en marcha.

Tiempo al tiempo.

El premiado deudor

José Miguel Rivas García, exdelegado del Centro INAH Puebla, ahora es el nuevo titular del Fideicomiso Banco Estatal de la Tierra.

Y es que hay que recordar que fue quien entregó permisos para la construcción del teleférico sin estar debidamente sustentados en 2012.

Incluso, Rivas García fue investigado por el mismo organismo federal por haber entregado dichos permisos.

Pero desde 2013, cuando dejó el INAH, inmediatamente fue acogido por el gobierno de Rafael Moreno Valle.

Fue nombrado entonces como director general de Tenencia de la Tierra.

Una recompensa, dicen los que saben.

Ahora, este personaje ha sido nombrado director general del Banco Estatal de la Tierra.

Lo malo es que se dice que nunca va a la oficina, por lo cual tiene pendientes decenas de pagos por 60 millones de pesos a ejidatarios afectados por las obras del Libramiento Poniente y Libramiento Sur de Atlixco y la Ciudad Modelo.

Los trae a vuelta y vuelta.

Pero eso sí, dicen que cobró al menos un mes doble cuando dejaba el cargo de Tenencia de la Tierra para pasarse al Banco Estatal.

José Miguel Rivas García estuvo al frente de la delegación del INAH en Puebla apenas ocho meses.

Su actuación fue calificada por diversos medios de comunicación como polémica, sobre todo por la entrega de permisos y cercanía con Rafael Moreno Valle.

Inclusive, al delegado se le veía constantemente en eventos del gobierno estatal.

En febrero de 2013 se informó de la salida de Rivas García, semanas antes el Comité de Defensa del Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental de Puebla dio a conocer que el INAH admitió oficialmente que no contaba con un estudio sobre la ruta del teleférico.

El exdelegado aseguró a medios de comunicación que existía un documento sobre el derrotero, que justificaba su construcción en la antigua Casa del Torno.

Pero no fue cierto.

Por lo mismo, la actuación de José Miguel Rivas no solo fue criticada por especialistas, académicos y asociaciones civiles, sino también por los propios sindicalizados de la delegación INAH.

Todos lo acusaron en más de una ocasión de no defender el patrimonio histórico del estado, como fue en la restauración del Fuerte de Guadalupe y la destrucción de la Casa del Torno, por lo cual emprendieron una lucha para buscar su sustitución, la que lograrían finalmente.

Ver para creer.