Un día intenso en materia política para los mexiquenses y los poblanos se vivió este martes.

Y aunque en las columnas nacionales y redes sociales discutirán si Josefina, Delfina o Alfredo fueron los perdedores, la realidad es que aquí les revelaré quién fue el verdadero derrotado del debate. Veamos.

La falta de timing del equipo de Rafael Moreno Valle provocó que su magno evento social, justificado con la presentación de su libro, pasara a un plano secundario, toda vez que se encimó con el debate en el Estado de México.

El morbo electoral provocado por la campaña en el vecino estado opacó la presentación de la obra literaria del suspirante presidencial.

Ni la presencia del devaluado “Jefe” Diego, ni la sorpresiva llegada del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco y mucho menos los presentadores Loaeza y Curzio, lograron acaparar la atención de los medios y las redes sociales, ya que el círculo rojo y el no tan rojo, no tenían más cabeza que para el debate.

Para quienes lo padecimos, sabíamos que era imposible que se abriera libremente un espacio para preguntas y respuestas. Solo se leyeron las que escogió su equipo de prensa y resultó imposible hacer tres preguntas obligadas al editor Miguel Ángel Porrúa:

¿Cuánto dinero ha invertido en publicidad del libro?

¿De cuántos ejemplares fue el primer tiraje?

¿Cuántos libros ha vendido?

En caso de responder con la verdad, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Hacienda y el Instituto Nacional Electoral tendrían los elementos suficientes para iniciar una investigación por presunto lavado de dinero.

A diferencia de esto, el fastuoso evento realizado en el lujoso recinto de Las Vizcaínas, en la CDMX, fue el marco de una presentación color de rosa, donde las adulaciones de los dos interlocutores fueron de lo cursi a lo ridículo.

Para muestra, un botón:

La escritora Guadalupe Loaeza dijo que Rafael Moreno sería el único que podría enfrentar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que se requiere contar con alguien como él, que tenga preparación, que sea dueño de una trayectoria y de una visión de futuro, para aspirar a gobernar México.

Evidentemente la frívola escritora no vive en Puebla.

Por obvias razones, no pude ver las primeras planas de los diarios nacionales, pero seguramente la presentación del libro del suspirante poblano no será la de ocho columnas, lo cual convierte a Rafael en el verdadero perdedor del debate.