Después de la presentación de su libro, Rafael Moreno Valle fue expuesto por su equipo de comunicación ante medios muy distintos a los que en Puebla estaba acostumbrado a tratar.
De arranque, fue recibido por Carlos Loret de Mola, quien disfrutó exhibiendo y por momentos ridiculizando al autor de este folleto.
Sin dejarlo seguir su script, el conductor del noticiero matutino de Televisa lo interrumpió y le preguntó por los tres libros que han marcado su vida.
Al igual que cuando en la FIL de Guadalajara trabaron a Peña Nieto dejando al descubierto su nulo acervo bibliográfico mental, Moreno Valle cayó en la misma trampa al olvidar el nombre de uno de los tres libros que según él marcaron su vida.
Sobra decir y confesar mi animadversión hacia este negro personaje, pero reconozco que sentí pena ajena cuando lo vi sufrir por no recordarlo.
Solo supo decir que habla de cómo suben y bajan los mercados, y ante el bochornoso momento, sumó un cuarto título que sí recordaba, pensando que así aprobaba el examen público.
Evidentemente, reprobado ya estaba y nada lo salvó de las orejas de burro.
Pero eso no fue lo peor, ya que víctima de su nerviosismo, para justificar el derroche publicitario del editor Miguel Ángel Porrúa, señaló que cuando lo fue a ver, este le dijo que nadie lo conocía fuera de Puebla.
Ni cuenta se dio del tamaño de su confesión.
En 15 segundos reconoció que es un ilustre desconocido y que su editor le recomendó escribir una biografía para que con la promoción levantara su imagen a nivel nacional.
Así siguió la entrevista convertida en cachondeo, donde irónicamente Loret le preguntó si de verdad lo había escrito y se burló por haber puesto las fotos de sus diplomas.
No conformes con el papelón morenovallista, la conductora Ana Francisca Vega le preguntó su opinión de que en las encuestas estén arriba Margarita Zavala y Ricardo Anaya, pero que él no aparece. Contrariado, el suspirante no tuvo más remedio que decir que confiaba que las cosas pudieran cambiar.
La entrevista no resultó peor para el exgobernador gracias a que solo le dieron 10 minutos. De lo contrario, en estos momentos estaría en terapia intensiva.
Pero el carrusel del terror no terminó ahí. Tocó el turno a Luis Cárdenas de MVS, quien sacó otra joya de la boca del aspirante presidencial. Sin tapujos, dijo que Miguel Ángel Porrúa pagó el total de la campaña de promoción de su libro. Pero lo mejor fue cuando Rafael explicó que esta enorme inversión fue a cambio de cederle los derechos de sus próximas dos obras.
Así como usted lo lee.
Se los comparto textual: “Es una apuesta, en la medida que mi carrera política crezca, tendrán derechos exclusivos de dos publicaciones más”.
De risa loca.
Ahora resulta que Miguel Ángel Porrúa es un editor tan visionario, que está pagando esa millonaria publicidad, a cambio de la exclusiva de las dos próximas obras de este escritor.
Pues ni que fuera Miguel de Cervantes resucitado.
Y así siguió el carrusel del terror, para el que necesitaría varias columnas para relatar los tropiezos de un hombre que ayer se enteró que los medios nacionales no se parecen en nada a los tripack que lo adularon durante seis años.