En Puebla, la elección de 2018 tendrá un ingrediente amargo, pero fundamental para el resultado de la misma.

Lo que hoy hemos visto en “El Triángulo Rojo” es apenas la punta del iceberg. Imposible pensar que este enfrentamiento con saldo de 10 muertos, 4 de ellos militares, es un hecho aislado y controlado. Los tejidos sociales ya fueron destrozados por el crimen organizado bajo la complacencia de seis años de gobierno.

El fenómeno criminal del robo de combustible involucra a jefes policiacos, funcionarios y en particular a presidentes municipales.

De ahí que las decisiones de los partidos a la hora de elegir candidatos deberá ser con ojo avizor, porque el riesgo de que se infiltren grupos huachicoleros en cualquier partido es muy alto.

Así que su influencia en las elecciones se dará en dos sentidos, por una parte la preocupación social puede inclinar el voto a quienes ofrezcan mayores garantías para enfrentar el problema y por otro, el riesgo de que las campañas se financien con dinero de esta mafia para colocar presidentes municipales que continúen protegiendo sus intereses.

En pocas palabras, los partidos políticos deberán preparar estrategias y convertirse en una especie de Ministerio Público para evitar infestarse de huachicoleros.

Y surge la pregunta: ¿los políticos quieren enfrentarlos o son parte del mismo?

16 veces más intolerantes

Ayer Intolerancia Diario cumplió 16 años desde su primera publicación. Y en ese recuento de 5 mil 739 ediciones resulta imposible enumerar tanto a editores, reporteros, fotógrafos, columnistas, diseñadores y administrativos que han hecho de este rotativo la referencia política obligada en Puebla.

Para quienes han desfilado por esta redacción, han cumplido con una labor periodística, congruente y comprometida con sus lectores.

A lo largo de estos años, no faltaron los que vaticinaron la extinción de Intolerancia Diario, quedando en simples deseos y fobias personales.

Para fortuna de quienes formamos esta casa editorial, lo que nació como una revista se transformó no solo en un diario impreso, sino en un medio con todas las plataformas que hoy exigen los consumidores de información.

Hoy la familia intolerante está de fiesta y lo celebramos particularmente con nuestros lectores, que son los únicos culpables de estos 16 años de historia, que nos hacen 16 veces más intolerantes.