¿Cuál debería ser la actitud de un policía cuando en cumplimiento de su deber un sospechoso le dispara con un arma de fuego?

¿Dejarse herir o matar para así justificar que puede sacar y accionar su arma de cargo?

¿Cómo debe responder un juzgador o investigador, cuando uno de los implicados justifica una legítima defensa?

Las preguntas vienen al caso por el policía de San Pedro Cholula, que en una acción de preservar la vida de sus compañeros y la suya propia, disparó contra un sospechoso de robo, que antes lo había atacado con arma de fuego.

El occiso, y otro sujeto más que logró escapar, habrían asaltado una tienda Oxxo, en Santiago Momoxpan y a bordo de una motocicleta se daban a la fuga.

Aún con vida, el fallecido, quien iba en el asiento del copiloto, pudo sostenerse y maniobrar un arma, lo cual indica que tenía pleno conocimiento de lo que estaba haciendo.

Actualmente y desde los tiempos del tristemente célebre Pablo Escobar, los homicidios por encargo son cometidos por dos sujetos a bordo de una moto.

Uno es el que conduce y el segundo –copiloto- el que dispara, luego huyen.

Los asaltos a cuentahabientes son perpetrados de manera común por dos sujetos en moto.

Uno conduce y el segundo amaga, roba y dispara.

¿Usted qué cree que pensó el policía Enrique Linares Roldán, o cómo piensa que hubiera actuado?

¿Se hubiera dejado matar o que mataran a uno de sus compañeros para no cometer “un abuso”?

¿Qué les espera de aquí en adelante a los policías que se tengan que enfrentar a un caso como este?

Lo más lógico del por qué del incremento de la delincuencia, tiene mucho que ver con las nuevas normas del Sistema Acusatorio Penal, además de la mala interpretación, por lo menos en Puebla, de nuestra Fiscalía General del Estado (FGE).

Como no saben en realidad qué hacer en casos como este, prefieren encarcelar a otros y que sean otras instancias las que se responsabilicen.

‎¿O lo hacen porque de verdad son así de “panteras”?

No es extraño que actualmente se diga y afirme que los cuerpos de seguridad prefieren darle la vuelta a un caso de asalto u otro delito, que enfrentarlo.

Y no por cobardía, sino porque actualmente tiene más derechos un sospechoso de un delito que un policía.

Además de que les dan tantas trabas para poner a disposición a un detenido, que parece que lo están protegiendo.

Puebla tiene la policía que nuestro gobierno quiere.

Nos vemos cuando nos veamos.