Manipular, engañar y crear falsas expectativas, son las huellas que ha dejado Marcelo García Almaguer a su paso por el gobierno morenovallista.

Durante seis años, el hacedor de imagen utilizó todo tipo de artimañas propagandísticas para crear un perfil ficticio de Moreno Valle.

Y ahora que su jefe tiene menos posibilidades reales de llegar a Los Pinos, de nueva cuenta recurre a sus desgastadas estrategias.

Ayer, en redes sociales, lanzó una burda campaña que pocos o nadie creen.

“Rafael Moreno Valle logra primer lugar en las preferencias electorales rumbo a las elecciones presidenciales de 2018. Zavala sufre caída estrepitosa, los números no le alcanzan para la candidatura del albiazul”, reza el mentado mensaje.

Su fuente, una encuesta patito sin mayor peso mercadológico que el optimismo de ver a Moreno Valle en Los Pinos.

Atacar sin fundamento y denostar sin pruebas es la estrategia favorita de García Almaguer. Así lo hizo durante todo el tiempo que manejó la comunicación social del gobierno poblano.

Y ahora trata de replicarlo para desacreditar a los dos rivales más fuertes que tiene Moreno Valle en su lucha por la candidatura del PAN a la presidencia de la República.

Y si alguien duda del manejo de medios que implementó el morenovallismo en la era de García Almaguer, me remito a un fragmento de mi columna con fecha del 2 de junio de 2014:

“Hace apenas unos días que hablábamos de cómo Marcelo García confesó haber sido el autor del derroche millonario por la campaña nacional de su jefe con motivo de su tercer informe de gobierno. Pero que en esta Puebla en donde a todos les aplican la ley sin piedad —menos a los funcionarios morenovallistas— el tal Chelo sigue siendo el responsable de la comunicación social de la capital del estado, en medio de una total impunidad.

Es tan absurda la continuidad de Marcelo, que la podríamos equiparar con un médico que confiesa la muerte de un paciente por negligencia y el secretario de Salud no le suspende su cédula profesional, o hasta lo nombran director de un hospital.

Pero como en la Puebla morenovallista la ley está para reventar a los enemigos y beneficiar a los incondicionales, los veremos seguir haciendo de las suyas por lo que resta del sexenio”.

El manejo aldeano de la propaganda morenovallista no le alcanzará para convertirse en candidato, se necesitan muchos más positivos y empatía con los panistas, factores que el malamén no tiene.

Y si no, al tiempo.