El final de la telenovela Armenta-PRI era más predecible que el del Titanic.

Para nadie era un secreto que Alejandro Armenta había quemado sus naves, y que solo era cuestión de tiempo para incorporarse a las filas de Morena.

En esta columna lo dijimos, porque no se requería ser adivino para predecir que el destino de Armenta estaba más que decidido.

Aquí un fragmento de una columna reciente:

Contracara 19 de abril de 2017

"Armenta y su expulsión provocada

La sutileza política en Puebla se extinguió. Hoy los principales actores de este circo son tan malos que no los contratarían ni para abrir la función vestidos de payasos.

En el caso de la inminente salida de Armenta del PRI para sumarse a las filas de Morena, únicamente el iluso líder del tricolor en San Lázaro, César Camacho, le compró el cuento de que quiere seguir siendo priista, revolucionario y colosista, por lo cual le inició su procedimiento de expulsión.

Al parecer, César Camacho es el único que no se ha dado cuenta que eso exactamente es lo que busca Armenta, que lo conviertan en mártir para correr a los brazos de Morena.

Es tan obvia la estrategia de Alejandro, que si no anunciaban su expulsión en dos semanas, él ya tenía lista su renuncia al PRI.

Con su separación, lo convierten en una víctima, que fue expulsado de su partido por haber manifestado empatía con los ideales de AMLO, por lo cual las filas del partido del tabasqueño lo recibirán con los brazos abiertos.

Así las cosas, César Camacho resultó ser el tonto útil de esta historia, la cual solo un tipo como él podía haber mordido el anzuelo.

Será cuestión de días para ver a Alejandro Armenta quemando sus chaquetas rojas para cambiarlas por unos flamantes chalecos púrpuras".

A cinco semanas de distancia, los tiempos de Armenta se cumplieron y el momento de renunciar al tricolor fue justamente ayer, para así incorporarse a las filas de Andrés Manuel López Obrador y Morena.

Ahora las preguntas son:

¿Qué negoció Armenta con el propietario, presidente y candidato presidencial de Morena?

¿Para qué le alcanza a Alejandro?

¿Se jugó la vida a ojos cerrados o tiene amarrada una candidatura?

Si lo analizamos, Alejandro Armenta se fue del PRI porque nadie le garantizó ser el candidato a gobernador.

¿Lo hará AMLO, o solo tendrá derecho a un premio de consolación?

A más tardar en septiembre lo sabremos y veremos y diremos.