Con el cambio climático nos van a caer granizos de a kilo o vamos a atravesar la avenida 11 a nado de crawl o de pecho. En la entrada al Camino Real, la bajada que hace esquina con Zavaleta, se convertirá en una profunda piscina, ideal para practicar clavados de plataforma de 5 o de 10 metros y sabes por qué.

Por dos razones: la primera es que no hay suficientes coladeras en Puebla, la segunda es que las pocas que hay en este huachicolero estado están tapadas porque cuando bachean las cubren con chapopote, o de plano no las hacen.

Además, no podemos negar que somos bastante cochinos: el que no tira el chicle, tira la bolsa de papas y hasta el pañal cagado. Ora, también podemos hacer notar que no existe dónde tirar la basura y los pocos contenedores que hay, están siempre que se desbordan de porquería y media, porque los camiones recolectores son menos que las ambulancias y policías que existen en huachicolandia.

Tú y yo estamos fritos, lector querido, porque nuestros gobernantes se van a vivir a Holanda o a cualquier otro hermoso país, pero a nosotros no nos queda otra más que aprender el nado estilo mariposa.