El subsecretario de Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, decidió que es un buen momento para comenzar en forma el trabajo para competir por la candidatura priista al gobierno del estado, que deberá definirse en un plazo perentorio, pues el tiempo apremia.

Eso dice la pieza que subió a su página de Facebook en la que se lee: “Con decisión y la mirada puesta en el #KM2018 ¡Iniciemos la carrera¡” Y eso en términos de usos y costumbres de su partido, significa que Rosario Robles, la titular del ramo y Miguel Ángel Osorio no son ajenos.

Le pregunta es si frente a otros priistas con mayor conocimiento, según estudios de opinión, como Blanca Alcalá Ruiz, la senadora que ya fue abanderada en 2016, o el delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, Enrique Doger Guerrero, tiene posibilidades de competir en un esquema de consulta a la base.

Y sin embargo se ha pronunciado en distintos foros sobre la necesidad de sacudir a ese partido que, por lo pronto, está concentrado en otras prioridades, como la renovación total de los Comités Municipales, muchos de los cuales ni siquiera existían en el mapa partidista.

Uno de estos, complejo, es el de la capital del estado para el que parecen preparar a Javier Casique, el poderoso exsecretario particular del propio Doger Guerrero desde los tiempos de la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Ahí la tarea parece convertirse en una guerra de acusaciones, pues algunos detractores aseguran que este exfuncionario de la Lotería Nacional en tiempos de María Esther Sherman está imposibilitado, luego de haber competido por un cargo en 2000, bajo las siglas de lo que fue el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).

Propios y extraños han señalado en público y en privado que si Lastiri Quirós quiere competir con seriedad por esa nominación deberá arroparse de un equipo mejor capacitado, más allá de la grilla grupal y palaciega propiciada por su círculo cercano.

Ahí está su compadre y amigo desde que era edil de Zacatlán, el delegado de Sedatu, Juan Manuel López Arroyo, a quien lo ven con limitaciones en la operación política, sin los puentes suficientemente sólidos con otros grupos para tejer acuerdos necesarios para echar a andar la maquinaria en lo inmediato y de un perfil bajo. No es el único, pero el que más destaca.

De los priistas que han sido mencionados para ser candidato a la gubernatura, Lastiri Quirós es el que más ha asomado. En poco más de una semana, el 17 de junio, tiene previsto encabezar una reunión con más perfil ciudadano para generar un movimiento dentro del tricolor que permita renovar el viejo paradigma del pasado: el que se mueve no sale en la foto.

Si el funcionario federal consigue sacudirse el peso de la bochornosa cultura de la línea en su partido, prevaleciente aún en tiempos de alternancia; articular un discurso que ofrezca verdadera alternativa en 2018 y se hace acompañar de acciones congruentes con esa narrativa podría estar en condiciones de ser competitivo.

En un plazo deberá contrastar su perfil con quienes son considerados para contender por esa nominación. Solo entonces se podrá saber si los pasos andados lo podrán hacer llegar a la meta planteada, según su estrategia, el #Kilómetro2018.