Una revuelta se gesta en el interior del penal de San Miguel. Un alfil del empresario Jorge Aduna, trasladado a una cárcel de alta seguridad en el norte del país en la última semana de mayo, orquesta un motín en el interior de ese centro penitenciario de la capital de Puebla por un desquite personal.

De nombre Julio César Reyes Martínez, este recluso detenido desde 2008 por el delito de secuestro y delincuencia organizada cuando tenía 23 años de edad, se convirtió en la mano derecha del gallero que fue sometido a proceso por el secuestro y privación de la vida de seis personas, en febrero de 2016.

Fuentes en el interior del Centro de Reinserción Social dijeron que el plan tiene como propósito hacer patente el enojo que subyace entre el clan que comandan Aduna-Reyes Martínez luego del traslado del primero a una cárcel de alta seguridad, pues en San Miguel se habían convertido en la voz cantante que administraba todo tipo de giros.

El responsable de propagar la versión de la revuelta en los próximos días fue detenido el 12 de mayo de 2008 por la Dirección de Investigación de Delincuencia Organizada de la entonces Procuraduría General de Justicia, junto a otros tres personajes, Gabriel Castellán Andrade, Marlon Curi de la Torre, Juan David Martínez Arreola y el propio Julio César por el delito de secuestro cometido contra una ama de casa por quien habían pedido como rescate 1 millón de pesos.

Con el paso del tiempo, este sujeto se convirtió en el regente de un conjunto de áreas del penal de San Miguel y mano derecha de Aduna, con ganancias difícil de cuantificar.

Hasta antes del cambio de director del Cereso, era capaz de rentar hasta en 2 mil 500 pesos semanales a reclusos con posibilidades de pago para que sus familias no tuvieran que convivir con la población general.

Según las versiones narradas, cuenta con área de venta de todo tipo de productos, desde alimentos, botanas, refrescos y hasta cobijas. Las drogas sintéticas también forman parte del inventario de este personaje y hay quien afirma que tiene armamento: una escuadra .9 milímetros y un revólver.

Entre los grupos que conviven en el centro de reinserción corre la versión de que fue el segundo al mando de Aduna, quien a través de un grupo que opera en las calles, asaltó al cuentahabiente la semana pasada en Plaza Dorada para despojarlo de 300 mil pesos, entre otros delitos.

Dos personajes más son claves en la trama criminal que se teje intramuros: Curi y Osiris. Ambos habrían sido los responsables de cobrar facturas, ejecutar castigos y llevar mensajes sicilianos a quienes les ordena el hombre que lleva nueve años detenido por delitos graves y que apenas raya los 32 años de edad.

¿Tendrán el registro de este mapa criminal las autoridades en materia de seguridad pública?