El ofrecimiento de Andrés Manuel López Obrador al Partido del Trabajo para ir en alianza en 2018, va más allá de la declinación de Óscar González Yáñez a favor de la maestra Delfina Gómez en las pasadas elecciones del Estado de México, se trata de un asunto de lealtades y de un pago de favores.

Veamos. En 2011 la corriente de Los Chuchos se preparaba para quitar de en medio al tabasqueño, buscando en el exjefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, la imagen a promover por el Partido de la Revolución Democrática.

La noche del 18 de marzo de ese año, en el hotel Sevilla Palace, del Paseo de la Reforma, durante una reunión de la Internacional Socialista organizada por el PT, Andrés Manuel López Obrador entró al salón principal como parte de los invitados. En ese momento se pidió que medios de comunicación se retiraran y la reunión se convirtió en privada.

Fue ahí donde el líder nacional del PT –durante esos años– le ofreció al entonces perredista, la candidatura presidencial de 2012, dádiva que no había recibido del propio PRD. Tras la aceptación de AMLO y ante representantes de partidos de izquierda de naciones de cuatro continentes, se selló el pacto.

Así, esa noche Ebrard Casaubón dejó de ser presidenciable mientras se cocinaba todo para que el tabasqueño buscara por segunda ocasión llegar a Los Pinos.

Luego entonces, la virtual alianza entre AMLO y el partido de la estrella debe entenderse como un “acto de gratitud”, aunque López Obrador sabe que en número de votos en estos momentos el PT no representa mucho, incluso, estuvo a punto de perder su registro en 2015.

En Puebla, en las elecciones locales de 2010, los petistas postularon a la gubernatura y a la presidencia municipal de Puebla a dos personas que no están afiliadas a dicho partido. Armando Etcheverry Beltrán y Rodolfo Huerta Espinosa, se quedaron con el 5.61 y 6.23 por ciento de la votación, respectivamente, según el conteo final del Instituto Electoral del Estado (IEE).

La alianza con el PT es, pues, un “gesto de gratitud” ante las traiciones que sufrió de los amafiados Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Martínez. 

Nota bene

La noche del destape se comunicó conmigo el reportero de Intolerancia Diario, Francisco Sánchez, para decirme que descartara a Marcelo Ebrard de la lista de los presidenciables y me explicó que Andrés Manuel López Obrador aparecería por segunda ocasión en la boleta.

El reportero había sido invitado por la dirigencia estatal del PT en Puebla al seminario. Como su gafete no decía prensa, se le permitió quedarse y ver cómo los petistas le comieron el mandado a los perredistas, lo mejor fue que los principales partidos de la izquierda a nivel mundial, fueron los testigos.