Los que menos tienen son más de 60 millones de mexicanos, agrupados en al menos una de las siete carencias sociales identificadas por las instancias gubernamentales encargadas de atenderlas. 

Son una mayoría poblacional y también la mayor vergüenza de las políticas públicas por su gran olvido.

Gobiernos de los tres órdenes, de todos los colores partidistas, van y vienen y sin embargo, al menos en los últimos 30 años, la pobreza se mantiene en su mismo nivel con tendencia a crecer.

Una de las mayores razones que se pueden señalar es que las políticas públicas no han puesto a la población involucrada en el centro de su atención, o en otro escenario, no existen este tipo de políticas y en su lugar se han creado programas u “ocurrencias”, que a decir de la vox populi, tienen fuerte orientación a lograr la trascendencia del gobernante y a hacer negocio con los recursos públicos.

Las necesidades de las mayorías que menos tienen están olvidadas porque muchos gobernantes nunca las conocieron, y eso no es ningún pecado; sin embargo, sí es muy condenable el no querer aprender. 

No obstante, durante las campañas electorales los políticos tienen un importante acercamiento con la población para convencerla de que son la mejor opción, pero cuando llegan al poder se alejan de la gente. Una cosa es la campaña para llegar y otra muy diferente, el ejercicio del gobierno. 

En El elogio de la traición se hace referencia a que nunca un verdadero líder se preocupó por cumplir sus promesas. Y parece que así seguirá siendo hasta la eternidad si no se promueve la innovación política. Una nueva y mejor política. 

En cada campaña estas mayorías tienen acceso a importantes cantidades de playeras, sombrillas, despensas, mandiles, machetes, paquetes de herramientas, semillas, plumas, sartenes, juguetes para los niños, regalos para las madres y ofensivas cantidades de baratijas. Y lo practican lo mismo el PRI, el PAN, el PRD y hasta los que lo critican como MORENA. A esto, hay que sumarle el incontable número de promesas, muchas por cierto sin sentido ni sustento. 

El PRI y sus gobiernos se han alejado de la gente

Por ello y de cara a la Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional en agosto próximo, y por supuesto, en la antesala de las próximas elecciones federales del 2018, es necesario analizar y reconocer que el PRI y sus gobiernos se han alejado de la gente y de sus necesidades más sentidas. 

Y esta es una de las causas por las que nos han ido abandonando en las urnas y se han ido a engrosar las filas de otras opciones políticas a las que el PRI ha dado hasta candidatos.

Entre las necesidades más sentidas de las mayorías que menos tienen siempre se ha priorizado la obtención de alimentos suficientes en cantidad y calidad que ayuden a eliminar la vergonzante desnutrición, el excesivo consumo de comida chatarra, grasas, refrescos y alcohol; asimismo, el atender la alimentación que hoy nos ha conducido a sobrepeso, obesidad y su mayor consecuencia, la diabetes que provoca hipertensión arterial y múltiples problemas a la salud, nos llevaría a reducir los altos índices que registra nuestro país en esta materia.

Estas mayorías sin decirlo, siempre han necesitado también que la educación incluya sus principales necesidades en los contenidos educativos: educación financiera, educación alimentaria, valores cívicos, liderazgo, educación ambiental, identificación de talentos y vocaciones. Que las universidades formen líderes más vinculados a sus comunidades y regiones. Pero también que sus escuelas sean espacios dignos, con agua y baños. 

Asimismo, las mayorías demandan que haya medicamentos suficientes en los hospitales y centros de salud y, sin descuidar esto, quizá la petición silenciosa más importante es que haya más acciones preventivas para que haya menos enfermos y que los médicos de hospitales públicos no tengan que cubrir una cuota de consultas como meta del día. 

Estas mayorías demandan vivienda digna para que el hacinamiento deje de ser un ancla para el desarrollo familiar y sea la base de una vida plena que impulse mayores metas personales a sus integrantes.

Un empleo digno con ingresos suficientes es otro requerimiento de estos grupos sociales, en donde el emprendimiento sea ya una cultura arraigada en los niños y jóvenes y en el que los sectores productivos tengan la orientación, capacitación y apoyos reales que permitan el desarrollo de proyectos replicables, accedan a mercados y dejen de ser solo estadística en informes donde se apoya a miles, aun cuando sabemos que son puros paliativos sin ningún impacto social real. 

Y, no olvidemos que las mayorías quieren escuchar menos de aumento en presupuestos y número de policías, botones de pánico o patrullas, coordinaciones de C4, C5, C10, policías únicas, mandos únicos o policías metropolitanas. Lo que la gente quiere es más seguridad y tranquilidad en sus personas, familias y escasas posesiones.