Desde sus trincheras, con posturas más o menos coincidentes, distintos actores de la política local dejaron ver en las últimas horas que el enemigo a vencer en la contienda política en los próximos meses es Rafael Moreno Valle el exgobernador que busca la candidatura presidencial en el Partido Acción Nacional y su grupo.

No es nuevo el discurso de fuego que construyó el expriista Alejandro Armenta Mier, el diputado federal por el Movimiento Regeneración Nacional, Rodrigo Abdala y tampoco resulta una sorpresa que el excandidato a gobernador por el PRI en 2010, Javier López Zavala se haya puesto ropajes de opositor frente a quien lo derrotó en las urnas hace siete años.

A los viejos nombres de quienes han cuestionado sin tapujos los latrocinios cometidos por el exmandatario, hay que añadir otros perfiles que habían decidido por el camino de la prudencia y la discreción, antes que la ruptura o la confrontación abierta.

El viernes 23 el rector de la Universidad Autónoma de Puebla, Alfonso Esparza Ortiz decidió utilizar un áspero lenguaje, inusual en él, en el contexto de la comparecencia en el Congreso del Estado para formar parte del Comité de Selección del Consejo de Participación del Sistema Anticorrupción, una junta de notables en la que participan además sus similares de la Universidad Iberoamericana, la UPAEP y organismos empresariales.    

¿Qué animó al rector de la universidad pública más importante del sureste del país a tomar una postura más radical incluso que algunos rectores de universidades privadas como el de la Iberoamericana, Fernando Fernández Font; o el de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Emilio Baños Ardavín, cuya retórica ha estado centrada el combate a la forma de ejercer el poder del exgobernador?

¿Qué fue lo que cambió en las últimas horas que Esparza Ortiz decidió desempolvar los expedientes que han lastimado a la comunidad universitaria en distintos momentos, como es el caso del asesinato del exrector Samuel Malpica Uribe, ejecutado en julio de 2013, en el contexto de la elección para ediles en ese año? 

Si acaso, en octubre del año pasado todavía con Moreno Valle como gobernador e invitado al informe anual, Esparza Ortiz exigió un 'ni una estudiante más' cuando un brote criminal había cobrado la vida, entre otras, la de Tania Luna, estudiante de la Facultad de Sociología quien fue encontrada en su departamento, muerta y atada a la pata de una cama.   

El rector de la BUAP recordó casos como los de los universitarios que fueron levantados y golpeados cuando mantenían un plantón en el zócalo de la ciudad de Puebla en febrero de 2015 y a quienes los golpeadores, advirtieron que serían desparecidos como los 43 de Ayotzinapa, en Iguala; y también exigió la liberación total de otro grupo de estudiantes a quienes se les responsabilizó de la colocación de petardos en instalaciones del Instituto Nacional Electoral, en el proceso de 2016.

Que se aclare de una vez”, dijo insistente Alfonso Esparza a quien no pocos universitarios ven como un seguro competidor por la reelección al frente de la BUAP por otro periodo de cuatro años. 

El robo de papelería oficial de una bodega en renta por el rumbo de San Felipe Hueyotlipan hace dos semanas sembró de dudas el camino y cuya única certeza se convirtió en el detonador de este inédito y convulso proceso de tensión entre la BUAP y el grupo político claramente identificado.