La gira de Enrique Peña Nieto a la capital de Puebla para este martes podría ser vista como el esfuerzo de la autoridad civil ante los múltiples agravios de que han sido objeto las Fuerzas Armadas en los últimos meses, sobre todo en el estado de donde salió la campaña para desacreditar los operativos en contra de los llamados huachicoleros, el diez de mayo pasado.

La divulgación de un fragmento de video exhibido con profusión en el que un militar parece ejecutar a un civil sobre el piso la noche del 3 de mayo, el día de la Santa Cruz en ese lugar del “Triángulo Rojo”, alentó una burbuja especulativa sobre la legalidad de los operativos en los que participan las fuerzas castrenses, su viabilidad y pertinencia.

Esa campaña pegó en el corazón de la autoridad militar que apenas se reponía de los ataques mediáticos tras episodios como Tlatlaya en el Estado de México y Tanhuato, en Michoacán, en donde aún se presume, hubo ejecuciones extrajudiciales.     

Cuando la mañana de este martes arribe a la 25 Zona Militar el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, en compañía del general de División, Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional habrán transcurrido 56 días de la difusión de los videos en los que se presumió como una ejecución sumaria, cuando en realidad la narrativa contada carecía del contexto adecuado. 

Los videos que colocaron a una nueva condición crítica a la gestión de Peña Nieto por la persistente acusación de presuntas violaciones de derechos humanos protagonizadas por efectivos de fuerzas federales en contra de la población civil fueron difundidos el 10 de mayo, pero en realidad se trataba de una larga historia de desaires.

Nosotros no queremos estar en la calles para combatir a los delincuentes..., queremos regresar a los cuarteles para regresar a nuestras tareas institucionales, no nos sentimos a gusto en las calles, ninguno de nosotros estudió para perseguir delincuentes”, reclamó el divisionario en diciembre pasado, en lo que fue uno de los discursos más duros en la voz de un secretario de la Defensa Nacional.

Luego vino el incumplimiento del Congreso de la Unión para sacar la Ley de Seguridad Interior que daría certeza jurídica a las Fuerzas Armadas, a la hora de actuar en sitios como Palmarito Tochapan, el lugar de donde salió la campaña de linchamiento mediático y por la cual nadie ha pagado hasta ahora.

Peña Nieto, el Jefe de las Fuerzas Armadas viene a eso, a tejer para recomponer una relación lastimada entre la autoridad civil y militar.