El trabajo de parto para designar al dirigente del PRI en la capital de Puebla se entrampó de manera tal, que se requerirán fórceps para sacar a la creatura que sustituya a José Chedraui, el diputado local que busca competir por la candidatura a la presidencia municipal. 

Cosas de la política y sus ironías, en la torpe tarea para la construcción de un consenso que permitiera la elección de un dirigente municipal fortalecido y con la legitimidad suficiente para realizar un trabajo eficiente en un momento decisivo, está la presencia del doctor Enrique Doger Guerrero y en la otra, Juan Carlos Lastiri Quirós.

En medio quedó atrapado Javier Casique Zárate, el hombre de Doger a quien en la Universidad Autónoma de Puebla todos recuerdan como el hombre de mayor poder e influencia, incluso extramuros.

Casique Zárate había conseguido en un primer momento la bendición de ambos personajes, aunque esa posibilidad se diluye conforme avanzan los días y el encono crece entre ambos jefes de grupo. 

A la ruleta de las desconfianzas cuyos protagonistas son Doger-Lastiri, el golpeteo sistemático desde sus respectivas trincheras, habrá que añadir el papel del dirigente priista, Jorge Estefan Chidiac en la asamblea estatal el martes 27 en San Pedro Cholula desde donde salió artillería pesada contra Lastiri.

El lunes en un desayuno con columnistas el presidente priista sacó de la chistera nombre de Edgar Chumacero, yerno de la senadora Blanca Alcalá Ruiz como un competidor más para la presidencia del PRI municipal en la misma carrera en la que también compite su esposa, la regidora Karina Romero Alcalá.

Así el equipo de Jorge Estefan buscaría quedarse con la dirigencia municipal a través de dos de los alfiles enviados por su aliada, la excandidata al gobierno del estado en la elección del año pasado: su hija y su yerno. 

La polarización propiciada por la guerra entre Enrique Doger y Juan Carlos Lastiri terminó por abrir la oportunidad para que el grupo tecnócrata, que tiene como cabeza al canciller Luis Videgaray y José Antonio Meade y en Puebla a Estefan Chidiac se queden con los órganos de dirección del PRI a la hora de la designación de las candidaturas en los próximos meses.

La confianza que expresaba Casique unas horas antes de la realización de la asamblea priista debió comenzar a desvanecerse con la intensificación de la guerra de descalificaciones.

Lastiri, el subsecretario que propuso su candidatura al PRI municipal no pasa por el mejor momento y Doger vive una situación parecida.

La reconstrucción de los consensos será todavía más compleja a partir de la tarde de ayer, cuando con ironía reclamaron la ausencia en las mesas de trabajo del priista que pide consulta a la base para la designación del candidato a gobernador el próximo año, ante la mirada del presidente del PRI que también tiene interés en la dirigencia municipal.