La herencia negra del morenovallismo parece no tener límites. Rasca uno en cualquier área de la administración estatal y aparece un nuevo negocio.

Recientemente platiqué en Destrozando la Noticia que eventos como la Ciudad de las Ideas o Smart City resultan muy buenos negocios. Hoy le comparto parte de la información que nos hicieron llegar a través de un email.

Si usted ha pensado en rentar el Centro Expositor para algún evento, congreso o conferencia permítame informarle que al costo por el arrendamiento del inmueble de la zona de Los Fuertes deberá sumar los precios de los “proveedores autorizados”.

Así como lo lee. 

Aunque usted cuente con todo el equipo de profesionales que le brinden servicios de iluminación, audio, banquetes o cualquier otro apoyo, deberá contratar a los palomeados. 

La herencia negra también llegó al Centro de Convenciones, ubicado en el centro de la ciudad, y hasta al Auditorio Metropolitano que está en la zona de Angelópolis; todos administrados por la Secretaría de Turismo.

Estas prácticas en la dependencia, que dirige Roberto Trauwitz Echeguren, nacieron en el sexenio morenovallista a través de Mario Hernández Casas, quien se ostenta como Director de Ventas y Mercadotecnia de Convenciones y Parques.

Permítanme sintetizar la carta que relata cómo opera el Clan Trauwitz:

Con la creciente demanda de eventos en esta ciudad se empieza a dar una situación bastante interesante con la que nos topamos todos aquellos interesados en organizar un evento.

Te comunicas con el área comercial del Centro Expositor, te atienden y una vez que realizas el contrato te obligan a contratar a los proveedores favorecidos por la administración del Centro Expositor, todos ligados al Clan Trauwitz.

“Nosotros contamos con nuestros propios proveedores y no pueden contratar a ningún otro, al menos que ellos no puedan suministrar algún servicio de lo que se requiere”, se advierte a los contratantes.

Esta práctica, que de entrada cae en acciones monopólicas digna de la intervención de la COFECE (Comisión Federal de Competencia Económica), se suma a que personal del mismo Centro Expositor tiene prohibido recomendar algún proveedor según sus propias reglas de operación. Lo más interesante es saber ¿por qué el director de ventas limita y pone trabas a otros proveedores, limitando la sana competencia así como la posibilidad de búsqueda de costos y calidades?

Mi pregunta es, ¿estos proveedores, cuánto le dejan al Clan Trauwitz?

Otra duda, ¿los compromisos generados por Moreno Valle con CREA subsidiaria de OCESA se ven reflejados en la campaña presidencial? 

Estas son las interrogantes que llegan a la mente de los clientes del Centro Expositor, el cual se construyó con los impuestos que todos los poblanos pagamos. Aunque también se preguntan: “¿es justo limitar el campo laboral de las empresas de eventos por esto? ¿Es justo que los clientes paguemos sobreprecios en estos servicios sin la posibilidad de contratar a nadie más?”

Ahí está la denuncia, la reflexión y las dudas que genera una raya más de la negra herencia del morenovallismo.