Una cifra que resulta alarmante es que el número de mujeres muertas a causa de la llamada violencia de género suma ya 136 de 2016 a lo que llevamos de 2017, de estas víctimas, 55 corresponden al primer semestre de este año, esto de acuerdo a las cifras de organismos para la defensa de los derechos humanos.

Sin embargo, el tema parece no preocuparle a Diódoro Carrasco, principal encargado de la seguridad y política interior del estado, quien sistemáticamente ha rechazado que se emita la “Alerta de Género” en algunas zonas del estado.

El tema muestra qué tanto le importa la seguridad de la mujer a algunos; el caso de la policía que fue violada por cinco delincuentes no conmueve en lo más mínimo a  esta gente, hay que decir que la elemento pudo ser el número 56 del año, aunque hubieran dicho que a pesar del ultraje, el móvil fue un asalto.

Desde que en 2014 se pidió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que solicitara a la Secretaría de Gobernación emitir la alerta, de inmediato maquillaron los datos, no solo de los femicidios, sino de las agresiones físicas e indicaron que no era necesario.

Cómo olvidar la frase de la diputada Lizeth Sánchez García quien dijo que declarar la alerta ahuyentaría el turismo, respaldando a su jefe político Rafael Moreno Valle.

Sin embargo, declarar la Alerta de Género, no es colocar policías en cada esquina, crear lugares sólo para mujeres, sino medidas preventivas como orientación en universidades, medios de comunicación, vigilancia en áreas de riesgo y el obligado seguimiento de los casos.

La realidad es que las recomendaciones de Conavim por lo que pasa en Puebla no se han tomado en serio, así no se puede combatir el feminicidio, ni la violación.

Por último, hay que decir que la responsabilidad de muchos de los feminicidios, no es de los gobiernos. Cometen un grave error al suponer que el emitir una Alerta de Género representa una evaluación negativa a un gobierno. De lo que sí son responsables, es de la omisión sistemática de reconocer y enfrentar un problema social como lo es el feminicidio.

La postura nacida durante el sexenio pasado de negarse a emitir la Alerta de Género es una acción por omisión que sí los hace cómplices de los feminicidios futuros.