El 2 de julio se cumplieron 4 años del asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Puebla, Samuel Malpica Uribe.

Malpica Uribe había salido de su casa, en la colonia San Manuel, la noche del martes 2 de julio del 2013, fue a tirar la basura, cuando fue baleado por sujetos desconocidos que dejaron abandonadas junto al cuerpo ‎dos armas de fuego, una de éstas de plástico.

En esa ocasión fueron movilizadas todas las corporaciones de policía, fueron detenidos cinco sospechosos, se hizo alarde de las investigaciones, pero estos sujetos no tuvieron ninguna responsabilidad y fueron liberados.

Luego, al estilo del gobierno de Rafael Moreno Valle, la en ese entonces Procuraduría General de Justicia, donde el procurador es ahora el mismo Fiscal General del Estado (FGE), Víctor Antonio Carrancá Bourget, prometieron que el crimen no iba a quedar impune.

El profesor Malpica fue ejecutado un día antes en que iniciara una huelga de hambre, denunciando la corrupción al interior de la UAP.

De hecho el 13 de junio de ese mismo año el exrector había denunciado de la existencia de una red de corrupción que se movía al interior de la universidad, involucrando a quien fue rector de la misma, candidato a la presidencia municipal, además de que había otros implicados más, María Eugenia Ochoa, esposa de Malpica, María Esther Gámez, Rafael Torres Rocha y Mayela Delong Carsorio.

Samuel Malpica Uribe, fue rector de la UAP de 1987 hasta 1989.

Fue denunciado por peculado, detenido en 1992 y exonerado en 1993, por falta de pruebas.

¿Cuándo el de Meztli Sarabia?

Al lector le comento que la FGE no tiene memoria, en sus archivos se encuentran delitos de alto impacto, además de ejecuciones a detractores del gobierno que no han sido esclarecidos.

Carrancá lleva lo que podría llamarse como dos periodos, primero como procurador y después como fiscal.

En estos dos periodos existen muchos casos archivados de homicidios que nunca fueron aclarados y que todos al momento de perpetrarse tuvieron “la atención”, de mandar por lo menos un boletín que dicen “La Procuraduría Investiga”.

El caso del maestro Malpica no es similar, pero presenta las mismas atenuantes.

Otras ejecuciones violentas que han quedado en el olvido, se las vamos a comentar para demostrar que la FGE carece de memoria.

Y la misma memoria alcanza a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y hasta el mismo Tribunal Superior de Justicia, donde los mismos titulares sirvieron y sirven a Rafael Moreno Valle.

Nos vemos cuando nos veamos.