En breve una serie de escándalos van a colocar al Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, de nueva cuenta en las primeras páginas de la prensa policiaca, e incluso política.

El ingeniero Carlos Taboada Villa Nueva, quien está a cargo del penal, pese a ser solo ingeniero, por su política interna ya está moviendo a agrupaciones políticas que van a solicitar se estudie su permanencia en el principal centro de reinserción de Puebla, sobre todo porque encamina a la población en una guerra sin tregua ni cuartel, que va a dejar pérdidas de vidas y todo tipo de ilusión de que Puebla tenga un mejor sistema penitenciario‎.

Al ingeniero no se le olvidó la forma que tuvo de operar cuando se encontraba al frente de Normatividad Comercial, donde se allegó de funcionarios deshonestos y creó grupos alternos a ese departamento que cobraban de todo.

Su salida de esta encomienda no fue con bombos ni platillos, todo lo contrario.

El ingeniero Carlos Taboada ha tenido buena suerte, de la mano del secretario represor Ardelio Vargas Fosado, se sentó en la silla del director del penal de mediana seguridad de Tepexi de Rodríguez y el gobierno de Rafael Moreno Valle soportó todas las críticas en su contra.

Sobre todo que a su entrada estaba violando el artículo 11, fracción segunda, de la Ley de Reinserción Social vigente en el estado de Puebla.

El artículo que le comento establece que para ser un director de un centro de reinserción social de Puebla, se requiere.

Ser profesional a fin de las ciencias penitenciarias, con título legalmente expedido y cédula profesional, con antigüedad mínima de tres años.

No faltó entonces que muchos sugirieron que debería renunciar.

Actualmente en el Cereso de San Miguel el director mantiene una especie de rivalidad de grupos que presuntamente le conviene, pero que se le va a salir de las manos.

Alguien debe avisarle que no se trata de extorsionar prostitutas, lo que le llenó los bolsillos de dinero, sino de controlar a hombres y mujeres sometidos a procesos y sentencias, muchos no por ser blancas palomas.

Nos vemos cuando nos veamos.