Un dato que debe ser tomado como una alerta de riesgo para el futuro político del grupo morenovallista es la forma en la que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN definirá tanto la candidatura a la Presidencia de la República, cómo las gubernaturas de los estados.
Respecto a la Presidencial, pese a que las presiones para Ricardo Anaya serán en el sentido de abrir la contienda más allá de la militancia, la realidad es que será la élite del partido la que determine al candidato, lo cual coloca a Anaya como el virtual abanderado, por encima de Margarita Zavala y muy lejos de Moreno Valle.
Y si trasladamos ese tema de la candidatura a Puebla, tenemos que el escenario también se le complica al grupo de Rafael, ya que la forma en la que el CEN de Acción Nacional ha definido a sus abanderados es en una misma línea: la designación desde el propio Comité Ejecutivo Nacional.
De las últimas 21 candidaturas a gobernador, todas —sin excepción— las ha definido el CEN, el cual podría tomar partido por otro personaje ajeno al grupo morenovallista.
Más aún, si consideramos que la posibilidad del llamado Frente Amplio PAN-PRD prácticamente obligaría a que esas candidaturas en alianza se acuerden entre las dirigencias nacionales de esos partidos.
Es decir, que para Rafael, la posibilidad de llevar a su esposa Martha Erika a la candidatura que los regrese como pareja a Casa Puebla, deberá pasar por una negociación política, en donde deba escoger entre su senaduría y la gubernatura para su mujer.
Si bien es cierto, que su inherencia en el PRD poblano es notoria y evidente, la realidad es que esas decisiones estarán a más de cien kilómetros de distancia de la sede estatal de estos dos partidos políticos.
Por si fuera poco, la desbandada del PRD en Puebla apenas comienza, ya que muchos de los militantes del Sol Azteca únicamente esperan el banderazo de Barbosa para dar el paso a Morena.
Así las cosas, es innegable que el panorama se oscurece para un personaje que hoy debe estar más preocupado por escándalos que lo marcan de manera negativa como el huachicol y el espionaje, que por seguir soñando en Los Pinos o cuando menos, a volver a dormir en Casa Puebla.
Es su triste realidad.