El dirigente del PRI en el estado, Jorge Estefan Chidiac, está por ver perder a su “gallo” a la presidencia en 2018, el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, único servidor público de alto nivel que ha trascendido el periodo de alternancia política que vivió el país hasta que Enrique Peña Nieto regresó a ese partido a Los Pinos.

El contraste está a la vista. Luz y sombra para dos de los integrantes del gabinete presidencial, como ha podido ser documentado en semana y media. Luz y reflectores para el de Educación Pública; sombra para el de Hacienda y Crédito Público.

El despliegue aéreo del titular de la Secretaría de Educación Pública en las últimas semanas no es gratuito ni fortuito. Desde hace por lo menos diez días que Aurelio Nuño Mayer no ha dejado de conceder entrevistas en los medios de información masiva como radio y televisión más influyentes en el país.

Los analistas y columnistas de los espacios de opinión que más repercusión tienen en círculos políticos comenzaron a desmenuzar las variables que reúne un perfil como el del exjefe de la Oficina del Presidente de la República, colocado en Educación Pública para dejarlo correr en la carrera por la sucesión.

Hay bondades y claroscuros de un personaje a quien no se le conoce el olfato y colmillo de Osorio Chong, el otro prospecto, pero está en la jugada y con anuencia presidencial.

Es cierto, Nuño Mayer forma parte del grupo político del canciller Luis Videgaray Caso, quien lo llevó a Peña Nieto pero no es Meade, otro integrante del mismo equipo del secretario de Relaciones Exteriores.

El reacomodo en el círculo de Videgaray Caso podría abollar los buenos oficios que ha mantenido el dirigente priista en Puebla desde que ha sido en repetidas ocasiones diputado federal, siempre vinculado con el gabinete económico presidencial.

Fue en una reunión con directores de medios hace unas semanas en la Tocinería del centro de Puebla cuando soltó boca jarro: “Lo mejor que le puede suceder al país es que (José Antonio) Meade sea el candidato presidencial”. 

Un deseo expresado en voz alta en un político de la talla de quien es además presidente de la Comisión de Presupuesto en San Lázaro puede tener consecuencias futuras. 

Por eso tal vez debió ser un poco más cauto, a menos que Estefan Chidiac tenga información privilegiada a la que sólo acceden los iniciados.