Pensar esta fuera de moda, que hueva… es mejor no cuestionar nada y creer todo lo que la ciencia, el dinero y el poder dicen y lo que los demás  aseguran. No nos preguntamos si eso realmente construye o destruye. 

Llego a la conclusión que, mi pensamiento, es lo único realmente mío y muy personal. René Descartes decía: “Pienso, luego existo”. Yo creo que en realidad debe ser: “Pienso y luego, después, existo”, o sea que, para existir de a “de veras”, es necesario, primero, ¡pensar! 

La clave está en preguntar siempre, ¿por qué?  Qué es la pregunta que siempre se  hacen tanto los niños como los genios. 

Cuando uno se pregunta ¿por qué?, desde el fondo del alma, y sin justificarse, encontraremos que, a veces, actuamos y hacemos cosas que no nos hacen felices y que nos destruyen. 

Pensar, puede hacer que tengamos conciencia de que es posible vivir verdaderamente con paz y felicidad, porque hemos empezado a amarnos a nosotros mismos. Vale la pena intentarlo, amiga, amigo… sí se puede, a la mejor hasta te gustará amarte un poco.