Hace más de 23 días que el edil de Palmar de Bravo, Pablo Morales, fue detenido por la Marina Armada de México y por la Procuraduría General de la República, y la franquicia electoral que lo postuló, Partido Pacto Social de Integración no ha hecho sino quedarse callado. 

Carlos Navarro Corro, de siempre un fantasmal dirigente ha desaparecido, incluso de las oficinas en donde despacha, en la zona de Huexotitla. O eso dicen quienes integran su círculo cercano. 

Ni siquiera ha sido de capaz de fijar postura luego de la nota de ocho columnas que publicó este lunes 24 el diario Reforma con el sugerente título: Mueve 57 mdp edil ordeñado.

“Acusan a alcalde poblano de comprar 17 inmuebles con recursos ilegales”, decía el llamado de la nota periodística que atribuía su información a fuentes federales. 

De acuerdo con informes del Poder Judicial de la Federación, la PGR lo acusa de realizar estos depósitos y retiros en sus cuentas bancarias durante 2015”.

Es decir, el candidato a presidente municipal que postuló PSI y que debió conocer Navarro Corro mucho más allá del terreno político, tenía al menos dos años manejando recursos de procedencia ilícita producto de la ordeña de los ductos de Petróleos Mexicanos sin que su “líder” lo hubiera advertido.

Un reportero de Parabólica.MX insistió durante dos días en las oficinas, cuyo emblema dice demagógicamente: “PSI ciudadanos como tú”. Una mujer respondió primero que no se había llegado a sus oficinas (a las 13:00 horas). Segunda excusa: “Llegó, pero está en reunión y no se le puede interrumpir”. Una más... “Le atenderá su asistente...”, nunca llegó el asistente.

El Pacto Social de Integración que desde el nacimiento quedó marcado por su papel de reparto secundario en la puesta en escena de Rafael Moreno Valle, el exgobernador, quedará señalado como la marca efímera que perderá el registro en la elección de 2018 no sólo por el pésimo trabajo político en la búsqueda de simpatía ciudadana, sino por haber llevado al cargo a un presidente municipal sometido a proceso por delitos de alto impacto que ha costado vidas, tristeza y duelo entre los poblanos.

Navarro Corro, el dirigente de esta entelequia podrá esconderse por un tiempo, pero no para siempre. Debe ofrecer una explicación en tanto cabeza de una entidad pública que maneja recursos del erario y que postuló a Pablo Morales, el siniestro presidente municipal de Palmar de Bravo, una de las referencias más sólidas en el país para entender una vocación más de los grupos de delincuencia organizada.

Esconderse del escrutinio no hará que el problema vaya a desaparecer. Alguien se lo tiene que decir. Y de paso, que debe una disculpa porque el manto protector del que gozó en el sexenio de su mecenas no ofrecerá más impunidad. Ya se verá.