El 21 de agosto a las 18 horas se cerrará el plazo para que los panistas actualicen los datos de su registro como militantes, de lo contrario serán automáticamente dados de baja del padrón nacional.

Desafortunadamente para los nuevos panistas que hoy ostentan el poder blanquiazul, el proceso de actualización va a paso de tortuga y uno de los más preocupados es Roberto Grajales Espina. 

Y es que las angustias de El Bobby Grajales no son para menos, toda vez que la afiliación corporativa realizada en los tiempos morenovallistas hoy está a punto de esfumarse.

No es gratuita la presión que hoy ejercen los morenovallistas hacia el magistrado Grajales para que aclare qué ocurrió con más de veinte mil integrantes que hasta la fecha brillan por su ausencia.

Se dice que a Roberto Grajales se le dio la tarea de afiliar masivamente para que se tuviera el control del padrón y del partido, por lo cual —respaldado por la estructura estatal— en un solo día hubo más de 14 mil afiliaciones por medio de internet.

El problema es que nunca contemplaron que Ricardo Anaya tendría el antídoto, al ordenar la ratificación y actualización del padrón panista cuando Moreno Valle ya no tiene a su servicio esa estructura estatal.

Por eso es que a unos cuantos días de cerrarse la actualización del padrón, la desesperación de Grajales y compañía crece, por más esfuerzos que hace, por ningún lado aparecen los miles de supuestos panistas que él afilió.

Y los pocos que encuentran, dicen que ni están enterados de su filiación azul, por lo cual son muy pocos los que están dispuestos a perder su tiempo para acudir personalmente a las oficinas del partido.

Así las cosas, El Bobby Grajales no tiene forma de mantener los números que tanto le presumieron a Rafael, quien lo premió haciéndolo magistrado sin el más mínimo mérito jurídico.

Lo que es un hecho, es que el padrón panista se desinflará ante los ojos impotentes de sus creadores.

Los puristas de Morena

A pesar de que reconocen que con lo que localmente tienen en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no les alcanza para la gubernatura, se mantiene en su necedad el grupo de puristas, como Carlos Figueroa Ibarra, secretario de Derechos Humanos en el CEN. Estos personajes están dispuestos a cerrarle las puertas a los nuevos militantes o simpatizantes que tienen la posibilidad de ganar en 2018.

Estos supuestos puristas podrían generar una fractura al interior del partido, aunque hay que decirlo abiertamente, no hay una estructura real de Morena en Puebla. Basta con recordar que en 2016, Abraham Quiroz, sin Andrés Manuel, apenas reunía de 10 a 15 personas por acto, y en algunos casos solo llegaban sus tres colaboradores.

Para su mala suerte, Andrés Manuel López Obrador poco o nulo caso les hará, toda vez que ha dicho que en el 2018 no va a cargar en sus espaldas con candidatos impopulares, sino que buscará a quienes compartan con él, el peso de la elección.

Y eso deja sin opción a muchos de los que ya se sienten candidatos de Morena, aunque no los conozcan ni en su casa.